El único libro de mitología nórdica de este mes, es por el autor Rick Riordan, creador de Percy Jackson y los dioses del Olimpo. En esta historia será Magnus Chase quien deberá recuperar el martillo de Thor.
Este objeto milenario ha desaparecido, el Dios del Trueno tiende a perder su arma, pero esta vez ha caído en manos enemigas. Si Magnus con sus compañeros no la recuperan, el Ragnarok comenzará. Los nueve mundos arderán y la única persona que puede ayudarlos en esta misión será Loki, el Dios del engaño y el peor enemigo de los dioses.
Magnus, es hijo de Frey, el Dios de la Lluvia, de la fertilidad y del sol naciente. Y su madre es la mortal Natalie Chase. Eso quiere decir que Magnus es un semidiós.
Cuando comencé a leer el libro, me llamó la atención y quedé un poco colgada, de que Magnus muera en las primeras páginas del libro. Quizás los lectores piensen al leer esto: ¡spoiler! Pero no, porque solo cuando él muere, comienza la verdadera historia.
Es un libro muy entretenido que tiene un buen personaje principal, es fácil encariñarse con Magnus y su sarcasmo, y estar a la espera de lo que hará Loki.
Otro elemento que debo destacar del libro es la diversidad de los personajes de Riordan. Con esto me refiero a los compañeros de Magnus, entre los cuales tenemos a Sam, Hearthstone, Alex, Blitzen, es en ellos que podemos ver distintas religiones, qué es ser sordomudo para Heartstone, o ser género fluido para Alex, siendo la hija de Loki.
Ser género fluido consiste en no identificarse con los géneros binarios (masculino y femenino), es ir más allá de ellos, ir de un género a otro y también poder no identificarse con ninguno, como ser neutro. Este tipo de identidad, en Alex, por ejemplo, va a depender del contexto para entender cómo se identifica.
Ser género fluido consiste en no identificarse con los géneros binarios (masculino y femenino), es ir más allá de ellos, ir de un género a otro y también poder no identificarse con ninguno, como ser neutro. Este tipo de identidad, en Alex, por ejemplo, va a depender del contexto para entender cómo se identifica.
La escritura de Riordan es fácil de comprender y posee un humor muy característico por su sencillez. Este libro es la segunda entrega de esta trilogía y debo decir que, al llegar al final, me quedé sin palabras. Solo puedo decir que es un final intrigante y lleno de suspenso.
Por Constanza Lobos