Imagina ir de visita a una casa y que en el umbral de la puerta esté esperando Carmen Hertz, abogada de la Universidad de Chile, exiliada, embajadora de Chile en Hungría y concurrente en Bosnia-Herzegovina, abogada secretaria del CORA (Corporación de la Reforma Agraria), defensora de los derechos humanos en la Vicaría de la Solidaridad y frente al mundo, escritora e investigadora. La misma Carmen Hertz en que se basó la serie Los Archivos del Cardenal; la que interpuso la querella contra Pinochet en el caso Caravana de la Muerte y el caso Rettig.
“La Historia fue otra” es como aceptar la invitación a entrar en su casa. Sentarse en un sillón en la sala, servirse un café y escuchar la vida de una de las mujeres más importantes de Chile en la defensa de los derechos humanos, con trascendencia internacional. En primera persona tienes el privilegio de conocer la intimidad de una catástrofe; de caminar junto a Carmen por los pasillos de la facultad de derecho en Pio Nono y ver en su juventud a los personajes que sorprendentemente pertenecen a la actual élite política e intelectual; de viajar a Chuquicamata, a Buenos Aires, a Venezuela, al Salvador, a Hungría. Perseguir la lucha contra la tiranía en una voz autorizada y cercana.
Y luego, mientras estás dando cuidadosamente el primer sorbo de café, aparece Carlos Berger, el segundo esposo de Carmen y una de las víctimas de la Caravana de la Muerte. Es un hombre rubio de ojos verdes que renace de la tierra, casi sin hablar para luchar por su muerte prematura e injusta, como gritando en la Memoria que es imposible borrar el recuerdo con agua de mar. No habla, pero existe transversalmente en las páginas, en toda la lucha y la búsqueda de la reivindicación. Carlos como un motor, como una sombra que aparece y desaparece del salón en que te encuentras frente a Carmen. Ella incluso abre un álbum de fotos y exhibe las de sus padres, sus suegros, su hijo Germán y las de Carlos.
Imagina que quieres dar otro sorbo a tu café, pero es imposible dejar de escuchar porque estás muy adentro. Vas de década en década, del exilio a la nostalgia, de lo individual a lo social, pagando el precio de mantener un ideal. Y sientes que se va acabando la velada porque el viaje va llegando al presente. Eso es leer “La Historia fue otra”: un recorrido por la vida social y política del país desde 1945 hasta el día de hoy en una de las voces vivas reconocidamente autorizadas. Un relato sencillo, cercano, coloquial y sincero que deja al lector expectante, con ganas de saber más. Con la necesidad de saber más.
¿Por qué leerlo? Por una parte, porque toda gran historia debe ser leída. Por otra, porque la oportunidad para ver la historia de Chile en una narración en primera persona significa ampliar el saber, independiente de la sensibilidad política. Significa generar conocimiento y el conocimiento es poder. Poder para reflexionar, para enmendar, para cambiar o por lo menos, para poder tomar la opción consciente de seguir igual.
Por Adriana Villamizar Rivera
