Esta semana se estrenó en las salas nacionales Amityville: El Despertar (Amityville: The Awakening), película de terror norteamericana, la doceava de la saga Amityville, dirigida por Franck Khalfoun, y protagonizada por: Bella Thorne, Cameron Monaghan, Jennifer Jason Leigh y Mckenna Grace.
En 1974, Ronald DeFeo es detenido por asesinar a tiros a toda su familia, a las 3:15 de la mañana en la casa 112 de Ocean Avenue (Amityville). Cuarenta años después, se muda una nueva familia, compuesta por la madre Joan (Jennifer Jason Leigh) y sus hijos Belle (Bella Thorne), Juliet (Mckenna Grace) y su hijo en estado parapléjico, James (Cameron Monaghan). Han llegado a su nuevo hogar con la esperanza de un nuevo comienzo y darle un mejor cuidado a James, sin embargo, Belle pronto descubrirá los secretos de su madre y de su casa, junto a los horrores que se suceden cuando el reloj marca las 3:15.
La película busca empezar desde cero, alejándose de la historia de las originales Amityville, y situándose en la “vida real”, jugando con la audiencia y mostrando las antiguas película no como la historia previa de la casa, sino que finalmente se muestran como películas inspiradas en los hechos reales sucedidos en 1974, dando una sensación de que la historia se lleva a cabo en la realidad y marcando esta distancia con las antiguas entregas de la saga.
Pensada como una película aparte, esta no logra enganchar por sí sola, en una hora y veinte minutos de duración (un poco más), pareciera que nunca agarra el ritmo que uno espera por parte de una película de terror. Comienza con los típicos Jump Scares, una música que logra transmitir una sensación de tensión… pero más allá no llega.
Se queda el filme mucho en el clásico conflicto madre/hija adolescente, y tiene muchas aristas que quedan sin un cierre, o personajes que no logran aportar a la trama más allá de situaciones puntuales, y cuando ya parece entrar de lleno al conflicto central de la película, el enfrentamiento con el demonio de la casa, es bastante adentrada la película, siendo un final apresurado y que pierde peso por lo mismo, dando la sensación de que el largometraje es más largo de lo que realmente es.
Cuenta con algunos giros en la trama, pero que a la larga no son suficiente como para aportar algo original y novedoso a la película. En definitiva, Amityville: El Despertar se queda en la fórmula genérica de los filmes de terror, en un año donde se han estrenado grandes aportes para el género, por lo que para lograr impactar se necesita algo más que la típica fórmula de los Jump Scares y profundidad.
Por Luis Umpierrez