Es de mi gran agrado contarles sobre Por eso lo llaman amor o más conocida como The Big Sick. Una película muy singular que ha encantado a todo el mundo que la ha visto. Dirigida por Michael Showalter y protagonizada por Kumail Nanjiani y Zoe Kazanc. Junto con Holly Hunter y Ray Romano.
Basada en la historia real de Kumail Nanjiani y su novia Emily V. Gordon, la película retrata la historia de un comediante standup, que se conecta con una de las asistentes y viven una bella pero corta relación. Esto a causa de la tradición musulmana de la que proviene Kumail, donde se le impone el casamiento arreglado. Pero cuando Emily (Kazan), contrae una extraña enfermedad que la deja en coma, Kumail acompañará en esta crisis a los padres de Emily, Beth y Terry, interpretados por Hunter y Romano.
Con la sinopsis ya contada, The Big Sick tiene un mérito increíble por recrear los géneros de comedia romántica. El ingenio del guion es notable, el juego con la multiculturalidad que rodea a los protagonistas, logran provocar risas, ternura y tristeza. Tiene su cuota precisa de drama, lo que le otorga una mayor profundidad.
Fue tal la satisfacción de que la película no cayera en los típicos clichés, no me refiero solo a los que rodean a las comedias románticas, sino que a los clichés culturales que se podrían esperar, los típicos que les quitan calidad a obras de este género.
Otro de los grandes elementos que tiene, son las actuaciones de cada uno de los personajes. Tan reales que es fácil empatizar con ellos, y querer que las cosas salgan bien. Es refrescante ver cómo Kumail se relaciona con los padres de su exnovia, en una situación tan dramática que saca a relucir lo más íntimo de uno.
Un gran punto a favor fue cómo se retrata la tensión de provenir de una familia y tradición musulmana, con rígidos códigos de comportamiento. Ver el choque cultural, entre el pasado y el presente fue muy enriquecedor. Me recordó a los primeros capítulos de Masters of None (Netflix).
Como dije anteriormente, esta película está basada en la historia real de Kumail, que se interpreta así mismo. Lo cual quizás, es lo que hace de este largometraje una historia tan única y brillante. Así mismo, la química entre Kumail y Kazan es palpable, cuesta creer que ella esté interpretando a la novia en la vida real de Kumail.
Por momentos encantadora y por otros dolorosa. Al ser una historia tan humana y bien lograda, es difícil encontrarle alguna falla. Por eso, espero queridos lectores haberlos convencido de no perderse semejante obra cinematográfica. Recomendarla es decir poco. ¡Vayan a verla, antes que la quiten de cartelera!
Por Constanza Lobos