James Gray ha sabido encaminar su carrera como director al adaptar de gran manera la obra literaria de David Grann. La mezcla eficaz de arte, espíritu aventurero y un respeto sincero por el desconocimiento que encierran las antiguas civilizaciones nos sitúa en un relato que vale la pena visitar, especialmente por el logrado sentido estético y cultural que encierra la selva del Amazonas. A principios del siglo XX el británico Percy Fawcett (Charlie Hunnam) encuentra en una excursión por Bolivia los vestigios de la que podría ser una ciudad perdida con un valor incalculable, y las implicancias de su ambición por demostrarlo traspasa las fronteras del peligro.
La película consigue involucrarte en un viaje bien narrado, cada personaje se desarrolla correctamente desde el comienzo, y pese a extenderse con lentitud, es lo suficientemente bella en su fotografía y en la dirección artística como para mantener tu atención en torno a una temática muy rica. La familia del protagonista también cumple un rol importante, allí los personajes interpretados por Sienna Miller (esposa) y Tom Holland (hijo mayor) cobran el conflicto más íntimo, una emoción contenida pero que tiene su fruto en los momentos justos.
Pero hay un destacado adicional, y es Robert Pattinson. Él interpreta al que termina siendo un gran partner en las aventuras de Percy, y lo hace realmente bien, en especial por ser la contraparte necesaria a un antagonista que no siempre es visible. Z, La Ciudad Perdida profundiza en ese misterio, en nuestra capacidad de empatía y además lo hace con buenas actuaciones, una suma que me permite añadir esta película a mis recomendaciones semanales indiscutidas.
Por Andrés Leiva