Luego de varios meses de espera, este 25 de febrero llega a la pantalla grande uno de los personajes animados más famosos y queridos, Scooby- Doo, en su nueva película animada ¡Scooby!
La primera aventura animada de Scooby-Doo para la pantalla grande es la historia nunca antes contada de los orígenes de Scooby-Doo y el mayor misterio en la carrera de Mystery Inc.
¡Scooby!, revela cómo se conocieron los amigos de toda la vida Scooby y Shaggy, y cómo se unieron con los jóvenes detectives Fred, Velma y Daphne para formar Mystery Inc.
Ahora, con cientos de casos resueltos y aventuras compartidas, Scooby y la pandilla se enfrentan al misterio más desafiante de todos los tiempos: una trama para liberar Cerberus, el perro fantasma, sobre el mundo.Mientras compiten para detener este “perrocalipsis" global, la pandilla descubre que Scooby tiene un legado secreto y un gran y épico destino que nadie imaginaba.
Just Mercy o Buscando justicia del director Destin Daniel Cretton, se basa en la historia real del abogado de Harvard, Bryan Stevenson (Michael B. Jordan) y la psicóloga Eva Ansley (Brie Larson) y su lucha por entregar asistencia legal justa a condenados a muerte, en Estados Unidos durante los 80 y 90, con la organización Equal Justice Initiative (Iniciativa de Justicia Equitativa).
La película se centra en el caso de Walter McMillian (Jaime Foxx), más conocido como “Johnny D”, un hombre afroamericano, que es sentenciado a la silla eléctrica por el asesinato de Ronda Morrison, una chica blanca de 18 años. Aunque el caso no tenía más pruebas que el testimonio de un ex convicto, para toda Alabama, Johnny D. era el culpable.
Con un arco dramático que va desde la impotencia hasta la esperanza, el filme aborda las injusticias legales sufridas por los afroamericanos, amedrentamiento policial, detenciones y sentencias sin pruebas, además de revelar la violencia sistemática contra la pobreza, contra aquellos que no podían recibir o los engañaban cuando recibían defensa.
Buscando justicia habla de la ética, de la convicción y la perseverancia, de luchar por lo que se cree justo, de como hacer pequeños cambios y nos hace cuestionar qué tanto ha cambiado este sistema, que al parecer, sigue favoreciendo solo a algunos.
Stephen King vuelve a las carteleras de cine, esta vez con la adaptación de una de sus novelas más esperadas, Doctor Sueño, la continuación de El resplandor. La historia principal se sitúa años después de los sucesos en el Hotel Overlook, con el pequeño Danny convertido en Dan (Ewan McGregor), un hombre con problemas de drogas y alcoholismo que le ayudan a adormecer los recuerdos traumáticos y sus poderes psíquicos.
El principal conflicto es que Dan, tras años de mantener a raya “el resplandor”, se verá obligado a usarlo para combatir a culto que se alimenta de niños con los mismos poderes que él, y a regresar al lugar donde iniciaron sus pesadillas, para salvar a Abra (Kyliegh Curran) una amiga que se ha puesto en peligro.
El film tiene muchas referencias a la película hecha por Kubrick, la utilización de la simetría en los planos, las transiciones clásicas donde una imagen se desvanece y otra aparece, además de tener escenas remasterizadas de la precuela.
Doctor Sueño revive los horrores de los niños, con la idea de la maldad intrínseca dentro de los seres humanos y de lo que son capaces de hacer para conseguir lo que quieren. Para asustarse, quizá no tanto, pero sí para dar continuidad a un clásico del thriller psicológico.
Si hablar de esta película es difícil se debe al riesgo de entrar por la senda equivocada. El revuelo que está causando la supuesta incitación de la violencia en el cine suma un nuevo capítulo con el estreno de Joker, de Todd Philips, pero esta vez las cosas parecen más peligrosas que nunca. Profundizar y victimizar a un villano como este puede incitar a lecturas equivocadas, como también despertar voces que harán todo lo posible por buscar responsables de un momento delicado, especialmente en Estados Unidos. La discusión no deja de ser necesaria, pues el impacto que puede generar una obra artística de esta envergadura es, por lo menos, desafiante. Pero si algo nos ha enseñado el cine, es que las cosas pueden hacerse muy mal, o muy bien, y Joker no solo demuestra estar en el lado correcto, sino que en el necesario.
En Arthur Fleck (Joaquín Phoenix) recae todo el peso de una sociedad enferma. Él es un comediante frustrado que vive de manera precaria con su madre, luchando por obtener dinero trabajando como payaso, pero con la principal dificultad de poseer un trastorno que le impide dejar de reír. Desde el momento en que descubrimos los abusos por parte de una Ciudad Gótica violenta y carente de oportunidades, entramos rápidamente en el verdadero trasfondo que tiene esta película, y ese está mucho más cercano a un drama desolador que a una película de superhéroes. Incluso, si se quisiera comparar con la tremenda Logan (2017), allí hay mucho más de esos códigos que en Joker. No obstante, es destacable que la película entre de manera tan precisa y coherente en el universo de Batman al que pertenece, lo que no consta de simples guiños, sino que forma parte central de la trama.
Los lectores de cómics tendrán una visión mayor de lo que significa este villano, pero el cine no nos había dado una mirada tan profunda de sus orígenes. Esta es la oportunidad aprovechada de darle una nueva adaptación al personaje, y de paso, mandar un mensaje claro con esta carta anticapitalista. La responsabilidad de los poderosos en la creación de estos fenómenos suele ser algo común en el mundo de los superhéroes, pero nunca lo vimos en estos niveles de crudeza. No es extraño sentirse abrumado, conmovido y hasta contrariado tras salir de ver Joker, cuando el terror del discurso llega a transformarse en una fantasía poética y perturbada. Hay belleza en una tragedia monumental como la narrada en este drama que no se guarda nada, y aquí la importancia de Joaquín Phoenix es insuperable. Su versión del ‘Joker’ es impresionante, oscura como nunca, y sin salida. Mientras en el pasado hemos visto el poder del Joker, aquí veremos una caída que llega a herir. No solo por la caída de un personaje que es capaz de generarte empatía, es la caída de un sistema que representa el horror en el que deambula la sociedad actual. Lo complejo va en la falta de moralidad llevada al límite, ya que hablar de Arthur Fleck como una víctima que justifica los actos de violencia, con tal grado de grandiosidad visual y sonora, tiende a desviar los méritos propios de una película extraordinaria.
¿Es Joker una celebración de lo peor de nuestra sociedad? Más bien diría que es un funeral lleno de sangre. Creer que una película bien dirigida y cercana a un tema del que queremos escapar es una ofensa a las víctimas, es sesgar el verdadero llamado. Todd Philips pasó de dirigir comedias a este otro extremo por una necesidad de plantear una respuesta a la falta de comedia en nuestras vidas; ese es Arthur Fleck, y esa es la responsabilidad que se busca visibilizar. Joker no tiene temor a explicitar su violencia, tampoco teme a que el personaje goce de una épica que pueda ser cuestionable, en especial durante el último acto. Esa confrontación es lo que la hace tan única, e indudablemente un quiebre que marca un antes y un después en el cine de superhéroes. The Dark Knight (2008) también fue un quiebre en su momento, pero la diferencia es que en esa oportunidad se hablaba de cine. ¿Le hace mal a Joker que la discusión esté tan fuera de mero aspecto cinematográfico? Es difícil asegurarlo, pero no pondré en duda que la película tiene los méritos para merecer ser llamada una obra maestra, e indudablemente una de las mejores películas del año. Lo demás, quedará en la conversación.
Después de dos años de espera, la segunda mitad de la adaptación de la novela “It” de Stephen King, llega a la pantalla grande. 27 años más tarde “Los Perdedores”, ahora adultos, deben volver a encontrarse para acabar de una vez por todas con Pennywise, la malvada entidad cósmica que adopta la forma de un payaso para capturar a sus presas.
Andy Muschietti regresa en la dirección y con él, la expectativa de, al menos, lograr equiparar el éxito de la primera parte. Sin embargo, así como este segundo capítulo hace bien muchas cosas, también hace mal otras.
Lo primero es lo primero, el reparto adulto de Los Perdedores es simplemente fenomenal, todos y cada uno de ellos. Tanto los nombres conocidos (James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Hader), como los no tan conocidos (James Ransone, Jay Ryan, Isaiah Mustafa) hacen un gran trabajo tomando las cualidades tan características de cada uno de sus personajes.
Pero hay dos nombres que van más allá y destacan por un magnífico trabajo: Bill Hader como Richie Tozier y James Ransone como Eddie Kaspbrak. Ransone, de perfil más bajo, logra recrear física y psicológicamente a Eddie de tal forma, que logra enaltecer a su personaje con un carisma sensacional. Hader, por otro lado, logra equilibrar los dos aspectos más importantes de su personaje, el trauma que ha acarreado por 27 años y su sentido del humor como un maestro, algo que en el mundo de la representación dramática es sin duda muy difícil de lograr.
Y es que It capítulo 2 es una película acerca del trauma y lo difícil que es acarrearlo por tanto tiempo, pero tristemente la película lo banaliza a tal punto que ya deja de ser un factor importante. Es más, sólo se vuelve un mecanismo para crear situaciones llenas de jumpscares que terminan por volverse completamente predecibles, y por ende, muy poco aterradores.
Además de ser injustificadamente larga, con casi tres horas de extensión, la película tenía una ardua tarea de adaptar elementos muy importantes de la novela, que tanto narrativa como visualmente resultan muy complejas de poner en la pantalla. Me refiero concretamente a las subtramas de algunos de los protagonistas y también a la confrontación final con Pennywise.
En relación al primer punto, el filme de Muschietti se queda corto y no da importancia suficiente a las cicatrices de los perdedores ahora que son adultos (quizá solo con la excepción de un triángulo amoroso y el secreto de Richie), y sólo rasca la superficie de sus personajes.
En cuanto al final, posiblemente el momento más importante de la película, hay una suerte de vaivén entre buenas y malas decisiones que últimamente hacen que el momento de mayor tensión en la batalla pierda precisamente eso, la tensión.
Sumando y restando, It capítulo 2, pasa a ser una película que se apega mucho más que su primera mitad a los cánones del terror comercial —lo que para algunos será un acierto, para otros un error—, pero que así y todo logra funcionar gracias a un reparto altamente talentoso y una historia que todos los fanáticos de la primera mitad no querrán perderse por nada en el mundo.
El próximo jueves 5 de septiembre llega a nuestros cines favoritos la esperada película IT Capítulo 2, basada en la exitosa y aterradora novela de Stephen King¡No se la pueden perder!. Para celebrarlo tenemos invitaciones dobles para asistir a la Avant Premiere. Participar es muy fácil, solamente deben ser seguidores de nuestras redes sociales y completar el formulario adjunto.
Segunda parte de la adaptación cinematográfica de "It", famosa novela de Stephen King, aunque con algunos cambios. Se centrará en los personajes cuando son adultos.
Los requisitos para participar son:
1) Pinchar "me gusta" en el facebook de Hojas Mágicas y Warner Bros.
2) Completar el formulario adjunto.
El concurso comienza hoy y finaliza el lunes 2 de septiembre. Los ganadores serán informados en nuestra página de Facebook.
La Avant Premiere se realizará el martes 3 de septiembre en Cinépolis La Reina a las 20:30 hrs.
Consideremos que no soy un fan acérrimo de la franquicia de Godzilla. No vi las cien películas japonesas. No conozco a los bichos rivales, ni menos la mítica real de lo que debiera significar su presencia. Pero sí puedo decir que crecí con ese subvalorado blockbuster estadounidense del 1998, donde Godzilla era una lagarto horrible. Eso me llevó a haber visto alguna vez “Godzilla 2000”, en un momento donde no entendía la diferencia entre remake y secuela, una confusión que me hacía plantearme teorías algo rebuscadas. “O sea que el huevo del final de la versión gringa fue a dar a Japón”, me decía de niño. Tardé en entender todo, que eran cosas totalmente independientes de la otra, pero hubo algo en la versión japonesa que definitivamente se sentía más único y valioso. Era otra cosa, y Gareth Edwards supo entenderlo cuando dirigió el nuevo remake del 2014. Un personaje como Godzilla sí podía llevarse a la gran pantalla hollywoodense con el respeto suficiente, pero esa película fue un paso más allá. No me voy a poner a decir que es perfecta, sus personajes principales no dan la talla y son demasiado funcionales a este enfrentamiento entre monstruos gigantes. ¿Pero era eso algo necesariamente malo? Todo depende de cómo lo plantees, y Godzilla (2014) es una experiencia bella desde todas las sensaciones que es capaz de generar con su cinematografía. No ver a Godzilla, ir construyendo una película oscura, cargada de suspenso y que va revelando a sus monstruos de forma inteligente hasta llegar a un enfrentamiento épico. Eso es todo lo que se necesitaba para que Godzilla mereciera volver al cine. Hoy, cinco años después está de regreso con una secuela a cargo de Michael Dougherty, y me siento obligado a volver a preguntarme: ¿Valía la pena que volviera al cine? Así no.
La película tiene un comienzo que se siente familiar (Batman vs Superman, Endgame), con un flashback de nuestro supuesto héroe perdiendo frente al poder de destrucción masiva que vimos en la película anterior. En este caso se nos presenta a una familia que luego de caer en la tragedia termina separada. Aquí Madison (Millie Bobby Brown) vive con su madre (Vera Farmiga), una científica que está involucrada es esta organización que no recuerdo el nombre, pero donde se encargan de preservar a los monstruos que han sido descubiertos en la Tierra. Obviamente las cosas empiezan a salir mal, las criaturas empiezan a despertar y al final habrá que pedirle ayuda al mismísimo Godzilla. ¿Quién más podría salvarnos? Bueno, los humanos. Espera, ¿qué? Pues parece que ahora hay una forma de controlar a los monstruos mediante un dispositivo remoto que puede mandarle frecuencias sonoras específicas para engañarlos. Entonces los humanos ganaron un voto poderoso en esta pelea de titanes, lo que siempre va a significar que una corporación genérica quiera robarse este aparato para sembrar el caos, y que nuestros héroes comandados por el padre de la mismísima “Eleven” de Stranger Things busquen un protagonismo mayor. Está bien, las críticas a la película anterior abundaron por el poco relevante arco de los personajes, pero si te ibas a ir para ese lado al menos podrían haber armado un conflicto más elaborado, o al menos con diálogos menos torpes. En serio que no importa nada de lo que te muestran como “importante”, el drama familiar es tan forzado como innecesario. La película se hace más larga de lo que es por culpa de ese relleno; uno está todo el rato esperando que aparezcan los titanes para golpearse duro. Y lo hacen.
La otra crítica de la película anterior fue que Godzilla apenas tuvo tiempo en pantalla para lucir. En este caso eso mejora, pero desde un punto de vista. Tenemos acción abundante, muchas explosiones, gritos chillones y un par de planos bellos donde los titanes se ven perfectamente en su grandeza. Pero las peleas en sí tampoco son tan memorables como para acordarse de algo; no hay un plano como el de Godzilla desintegrando a su enemigo como en lo de Gareth Edwards, ni una sensación de terror al ver a Godzilla por primera vez en una playa de Hawaii. O incluso esa tensión al ir descubriendo que las armas de los humanos no tienen nada que hacer frente a estos monstruos gigantes. Acá eso no importa, la destrucción de esas fortalezas fue tal que ahora solo llueven disparos, junto al inconsistente plan de este villano interpretado por Charles Dance, quien no sirve más que para decir “mira, Games of Thrones”. Pero definir a esta Godzilla II como un total desastre sería una locura, porque hey; es Godzilla. Como película de acción cumple lo que promete, tenemos destrucción, múltiples enfrentamientos de criaturas épicas, con algunos momentos bien logrados, otros algo confusos por el exceso de elementos visuales en pantalla, pero siempre dentro del promedio de lo que vemos usualmente en los cines. No me cabe duda de que es una película fácilmente consumible y que dejará satisfecho si no le pides mucho más, pero las sutilezas de la película del año 2014 eran mucho más grandes que el número de titanes presentes en esta secuela.
Aquí les habla un fan de Pokémon, no de los mateos, pero sí de los que han consumido la franquicia desde sus inicios hasta la actualidad. A los que nos sentimos parte de la “generación Pokémon” siempre nos ilusionó la idea de un live-action, especialmente mientras aprendimos lo que significaba una adaptación cinematográfica con el nivel de las Spider-Man de Sam Raimi. Eran esos años donde cualquier estímulo fuerte te iba a marcar para toda la vida, y qué más fuerte que un mundo como el de Pokémon. De ahí que entrar a la sala para ver Detective Pikachu es un momento especial, de expectativas y casi de terror (el historial de adaptaciones de videojuegos es para llorar). No pasan muchos segundos luego del logo de ‘The Pokémon Company’ para que mi sonrisa me hiciera entender que hicieron lo necesario para no tener que toparnos con otro desastre, y eso se resume en dos aspectos principales: Cariño por las criaturas y Ryan Reynolds.
Para los que no estén familiarizados con la idea de esta adaptación, hay que comenzar diciendo que esta película es un spin-off de la serie principal, por lo que no esperemos ver la historia del típico entrenador Pokémon, ni muchas batallas de ese estilo. La historia nos introduce una gran ciudad donde los Pokémon salvajes han pasado a convivir con los humanos de manera simétrica y en libertad, realizando labores cotidianas, tal como vimos en algunos episodios del animé, pero ahora de manera generalizada. Aquí aparece nuestro protagonista Tim, un joven de 21 años que buscará resolver el misterio en torno a la muerte de su padre en compañía de un carismático Pikachu que habla. La película se da un tiempo para presentarnos el mundo Pokémon, para hacer sentir a los fans como en casa, lo que obviamente se da con un tutorial de captura Pokémon. De ahí en adelante iremos conociendo más del pasado del protagonista, mientras se verá involucrado en una aventura que terminará siendo más simpática que otra cosa. Detective Pikachu es una comedia infantil que lucha por ser adulta, lo que es inevitable si entendemos el peso que tiene Ryan Reynolds haciendo la voz de Pikachu. Supimos que él estaría involucrado y sonó a una locura que era necesario conocer. Salió el trailer y seguí con la misma sensación. ¿Fue finalmente algo bueno? Sí, probablemente de lo poco que se puede rescatar en cuanto al guion de la película.
La historia de Detective Pikachu es mediocre, tiene las típicas falencias que podríamos esperar; no arriesga mucho, personajes que no convencen (aunque al menos no son desagradables) y desarrollándose de manera demasiado correcta y básica como para que el misterio a resolver sea entretenido. Pero al tratarse de una comedia de acción, hay otras cosas llamativas en juego, y la dirección de la película cumple su principal objetivo de mantener atento al espectador. Hay escenas de acción llamativas y equilibradas con el humor, su colorido y contrastado aspecto visual es acertado, los guiños y referencias al fan abundan en cada rincón, y Ryan Reynolds hace lo que mejor sabe. A veces son chistes, otras veces simplemente su forma de hablar, pero para una mente que está familiarizada con su trabajo con Deadpool se hace imposible no disfrutar de su interpretación de Pikachu (verla en inglés es esencial para eso). Lo que sí, se nota lo contenido del humor en cuanto a la calificación familiar que debía tener la película. No sorprende la reciente confirmación de que hay hartos chistes que quedaron fuera por pasarse de la raya, y que incluso algunos presentes en la película estén en el límite. Es algo que puede distraer si intentas aceptar que estás viendo una adaptación que busca hacerte sentir que estás en el mundo Pokémon que conoces, ya que Detective Pikachu pretende ocurrir en una línea temporal similar al animé.
Ser la primera película de acción real de la franquicia era algo grande, y al menos le sacaron provecho. La cantidad de criaturas que veremos es más de lo que requería la historia, pero ir descubriéndolas a cada segundo es un ejercicio genial para cualquier fan. Hay escenas con demasiada información en pantalla como para captar el detalle de cada una de las especies Pokémon que fueron adaptadas, pero lo que más me tenía contento es ver reflejado el cariño que les pusieron. Si no te gusta como lucen los Pokémon en su estado hiperrealista es comprensible, pero no se puede negar que estas versiones están trabajadas y bien proporcionadas al material original. Con esto no digo que la película haga algo nuevo o muy destacable en relación a la animación, pero luego de verle el lado pesimista a las cosas (Sonic sabe de eso), es para alegrarse un poquito. En definitiva, aunque Detective Pikachu no es una gran película, cumple con lo necesario para satisfacer a los pequeños de la familia que van a entretenerse un montón, además de hartos más que seguramente irán a encerrarse en la nostalgia de un sueño cumplido. Detective Pikachu ya está en cartelera y la pueden encontrar en los formatos tradicional, 3D, 4DX y XD.
Al fin llega a nuestras salas la película que promete revivir el universo cinematográfico de DC. Su primicia es que todos tenemos un superhéroe en nuestro interior, solo se necesita un poco de magia para hacerlo salir. Ese es el caso de Billy Batson, un niño huérfano que tiene un corazón puro y por ello fue escogido para ser el portador de la magia. Con solo decir la palabra SHAZAM!Billy se convierte en su versión adulta y poderosa, manteniendo en su interior al adolescente que aún no puede creer lo que está pasando.
Shazam! Es la prueba en vida de que puedes adaptar un reconocido cómic sin que pierda su esencia. El humor, el tipo de personajes y sobre todo el elemento principal de la familia hacen del filme una obra única que se diferencia de sus pares. ¿Quién no estaba aburrido de los colores fríos, el ambiente deprimente y las madres con nombre Martha? Todos. Que por primera vez Zack Snyder no estuviese involucrado en ningún cargo en Shazam! no es casualidad.
Zachary Levi como el héroe adulto es sin lugar a duda la mejor opción de cast que he visto en mucho tiempo. El actor, conocido por su gran trabajo en The Marvelous Mrs. Maisel, ha tenido el traje de superhéroe desde que era niño. Él mismo ha contado en entrevistas que desde una temprana edad iba a tiendas de cómics y se emocionaba con cada nueva película que saliera. Es difícil imaginarse a un adulto haciendo de niño, pero para Levi no, su actuación es creíble y muy disfrutable.
La dirección de David F. Sandberg, conocido por su cortometraje Lights Out y Annabelle: Creation, es clara y precisa. Sabe lo que quiere, conoce el contexto del personaje dentro del cómic y así logra evocar escenas tan cálidas como tensas, pero igualmente memorables. El manejo de Sandberg enfocándose en un personaje para luego hacer que la atención decante en el resto permite una historia sólida que vive a través de las personas que la componen.
Un gran acierto fue otorgarle contexto y personalidad (suena obvio, pero muchos fallan en eso) al villano de la cinta. El actor Mark Strong(II) personifica a un tipo de persona que es fácil de empatizar con sus frustraciones y el tipo de vida que tuvo se contrastan a la perfección con la vida de Billy. Similares en algunos sentidos, pero con un final totalmente diferente.
“Si no puedo proteger a mi familia, ¿cómo puedo llamarme un superhéroe?” es una de las frases de Shazam durante la película, a mi parecer eso marca la esencia de la obra. Creo que es innovador y sensible el foco que se le otorga, porque Billy no se encontró a sí mismo al convertirse en un súper hombre, sino que al sentirse parte de la familia. Esa es la magia, espero que puedan disfrutarla porque honestamente es ridículo perderse tal película.
Y recuerden hay dos escenas post crédito. No se vayan hasta que la pantalla quede negra, lo van a disfrutar mucho. Sobre todo, los guiños y referencias que tanto agradecemos. ¡Y no olviden leer los cómics!
Cinco años después de que Phil Lord Y Christopher Miller(Spider-man: Un nuevo universo) nos sorprendieran con La Gran Aventura Lego y su novedoso diseño de animación, Emmet(Chris Pratt) y sus amigos llegan en una nueva aventura que nos trae nuevos personajes y una historia que no tiene mucho que envidiar a su predecesora.
Continuando la historia justo después del final de la primera parte, La gran aventura lego 2 llega con más acción, más canciones y más cameos de nuestros personajes favoritos. Pero La gran aventura lego no es sólo acción, música y diversión. Escondido en el fondo, hay un profundo mensaje sobre lo que significa madurar, y lo curioso es que, ese mensaje no sólo está pensando para los niños, sino también para adultos. Esa premisa es el núcleo que mueve a toda la historia y nos interpela como audiencia, preguntándonos qué significa realmente madurar, algo que sin duda enriquece enormemente la película.
Además, tenemos nuevas canciones que se suman a “Todo es increíble”, como “Catchy Song”(La canción pegajosa) que realmente se queda pegada en la cabeza después de los créditos y una canción cantada por Batman que hace referencia a las diferentes versiones que ha tenido en el cine.
Entonces, ¿qué esperar exactamente de La gran aventura lego 2? La respuesta es lo mismo que en la primera, pues esta secuela repite la exitosa fórmula de la primera parte, por lo que nos deja con una gran película animada que sin duda alguna todos van a disfrutar sin importar la edad que tengan.
Clint Eastwood, prácticamente todos al escuchar su nombre recuerdan su rostro acompañado de una pistola a solo unos instantes de iniciar una masacre, o quizá para algunos aquella imagen venga acompañada de un hombre más reflexivo y crítico con el mundo moderno quien sigue en su incesante espiral de violencia y es justo por eso que La Mula, llega como una inesperada pero muy agradecida sorpresa para aquellos que nunca han visto al actor divertirse en grande.
La película nos cuenta la historia de Earl Stone(Clint Eastwood) un veterano de guerra que dedica todo su tiempo a su negocio de horticultura, siendo por mucho el más aclamado en el rubro. Sin embargo no todo es alegría en su vida, ya que su familia lo resiente por el poco y nada de tiempo que les entrega, volviéndose indeseable para la mayoría de ellos. Aún así Earl es un buen hombre y por ello no será consciente de como algunas de sus decisiones lo llevarán a transportar droga para uno de los carteles más peligrosos de la historia.
Pese a lo poco original que pueda sonar la premisa, es realmente refrescante la manera inesperada en la que se desenvuelven los hechos, contando además con un elenco de personajes excelentes entre los cuales destacan Mary(Dianne Wiest), Colin Bates (Bradley Cooper), Laton(Andy García), Iris(Alison Eastwood), Trevino(Michael Peña) y muchos más.
La fotografía es sobria y el juego de cámaras es excelente y es que el apodado último director clásico, Clint Eastwood, maneja estupendamente los tiempos y el ritmo durante todo el metraje. El tono tiende a cambiar en varios momentos del relato, pero ninguno de ellos destruye la intención de la obra, por lo que puede esperarse tensión, risas, intriga y redención sin que nada se sienta forzado.
La banda sonora está repleta de temas clásicos que van desde canciones de Elvis Presley a la música country en todo su esplendor. La Mula, vuelve a demostrar la preocupación que su director y protagonista siente con respecto a lo que significa realmente tener una familia. Ya lo vimos en Gran Torino años antes y ahora el mensaje vuelve pero con otra perspectiva: el tiempo.
Pese a todo el éxito que Earl pudo y pueda tener, el resentimiento de sus seres queridos es tristemente justificado y durante la cinta podemos ser testigos de cómo el dinero realmente no compra la felicidad y mucho menos los años perdidos. Aún así, no todo está perdido y nunca es tarde para tener nuevos recuerdos con aquellos que amamos.
La película está inspirada por un artículo publicado en The New York Times bajo el título “The Sinaloa Cartel’s 90-Year-Old Drug Mule” por Sam Dolinck y es interesante de revisar ya sea antes o después de ver el filme.
Entretenida, triste, algo nostálgica y esperanzadora, todo eso y más evoca La Mula a sus espectadores por lo que es tremendamente recomendada para todos quienes deseen ser testigos de una historia excelente con actuaciones sólidas y con el Clint Eastwood más risueño que podrían encontrar, simplemente vayan a verla y disfruten.
Adonis Creed y Rocky Balboa están de regreso en nuestras salas con la continuación de la historia del hijo de Apollo Creed. Con el mismo elenco, pero sin Ryan Coogler (Black Panther) en la silla de director, esta vez el responsable de la dirección es Steven Caple Jr, un director con sólo una película más en su repertorio que logra elevar esta secuela a la altura que se merece.
Creed II enfrenta a Adonis (Michael B. Jordan) contra el hijo del hombre que mató a su padre en el ring décadas atrás: nada más ni nada menos que Ivan Drago (Dolph Lundgren). Con la ayuda de Rocky (Sylvester Stallone) y su pareja Bianca (Tessa Thompson), Adonis deberá enfrentar su pasado para crear su propio legado como boxeador.
Considerando el clásico escepticismo que rodea a toda secuela, me resulta gratificante decir que Creed II cumple a cabalidad toda expectativa. Incluso sin Coogler detrás de cámara, su ausencia pasa completamente desapercibida gracias al gran trabajo de Caple Jr. Escenas muy bien logradas y un ritmo adecuado que sólo llega a caerse durante poco tiempo comenzando la segunda mitad del filme.
La historia continúa lo visto en la parte anterior, pero Creed II se diferencia reemplazando en parte los puños con más desarrollo de personajes y drama familiar. Sin duda esto es una de las características que hacen refrescante este filme, especialmente si consideramos el gran trabajo de todo su elenco, especialmente de Jordan, Thompson y Dolph Lundgren, a quien pareciera que los años no le han pasado la cuenta.
Las escenas de acción siguen siendo igual de sorprendentes, dejando poco tiempo para respirar y siempre manteniendo la tensión de excelente forma. Con un preciso uso del slow motion y algunos planos secuencia, las peleas siguen esa tónica épica de la primera parte.
Creed II es una imperdible película para este verano, refrescante, entretenida, intensa y emocional en partes iguales. Aprovechen, que probablemente sea la última vez que veamos a Stallone en la piel de Rocky Balboa.
El director James Wan, conocido por su trabajo en películas de terror y suspenso como El Conjuro y el Juego del Miedo, trae a la pantalla grande un retrato lleno de imaginación y desenfreno: bienvenidos al Aquaman moderno.
La película se enfoca en revelar el comienzo de Arthur Curry. El mitad humano y mitad atlante es personificado por Jason Momoa(Game of Thrones), junto con Amber Heard y Nicole Kidman como la princesa Mera y la reina Atlanna respectivamente. Además, se suma como consejero y sensei Willem Dafoe.
Aquaman se define como un filme imperdible que es puramente visual. Es un espectáculo de proporciones que hace uso de su material de origen con cariño y dedicación. Es imposible no sentirse asombrado por los colores y las criaturas que componen el universo del personaje de DC.
Un gran punto a favor es su tono que va directo al grano. No busca perder minutos en detalles poco relevantes, si no que de frentón se nos presenta una versión cervecera, metalera y con un gran sentido del humor de Aquaman. El ritmo también fue clave en intentar juntar diferentes piezas de la historia y su gran número de personajes, lo cual permite que no se pierda la conexión y la constante tensión del ambiente.
Las escenas bajo el agua se encuentran mucho mejor trabajadas de lo que pudimos ver en La Liga de la Justicia. Lo cual es un gran descanso para los seguidores del DCU, que sin negar estábamos preocupados. Las peleas son creativas y hacen uso del espacio de una buena manera, personalmente mis favoritas son donde aparecen Mera, Atlanna y BlackManta.
Por momentos la cinta pierde su calidad al apoyarse más en su estilo que en contenido. Sobre todo, si hay que considerar que para ser una película de más de dos horas el final debe ser construido con cuidado para dar pie a la conclusión del conflicto y a una posible secuela (que ya está confirmada).
De todas maneras, es un buen intento en revivir el universo cinematográfico de DC, después de años de malas películas. Definitivamente este Aquaman tiene y tendrá mucho que decir. Y recuerden hay una escena post crédito, no se la pierdan.
La secuela de aquella amada y odiada película de monstruos dirigida por Gareth Edwards está cada vez más cerca, muestra de ello es este segundo tráiler internacional que acaba de ser liberado por Warner Bros, acompañado como siempre de un nuevo póster promocional.
Independiente de los reparos de algunos fanáticos con la película anterior debido al escaso tiempo en pantalla que tuvo Godzilla, esta vez las cosas podrían apuntar hacia otro lado por varias razones. En primer lugar, tenemos a Michael Dougherty como nuevo director, quien ha asegurado un tratamiento distinto al tiempo que veremos a los monstruos en acción. Tal como se puede adelantar desde lo presentado en este trailer, el suspenso es reemplazado por la espectacularidad de la escala de este enfrentamiento, aunque sin abandonar el aspecto sombrío de sus visuales. A esto hay que sumarle la llamativa incorporación de la joven actriz Millie Bobby Brown, la que seguramente se robará todas las miradas por lo reconocible de su personaje en Stranger Things. Así la película apuntará a llegar a una mayor cantidad de público, más aún con la confirmación de que Godzilla: King of the Monsters será calificada para todo espectador. ¿Buena jugada? Habrá que esperar unos meses más para descubrirlo, lo que nos dará un buen indicio de lo que está por venir, ya que recordemos que esta secuela está enmarcada en un plan mucho mayor; el monstruoso universo cohesionado que enfrentará próximamente a Godzilla contra King Kong, película que ya comenzó sus filmaciones.
Godzilla: King of the Monsters será estrenada el 31 de mayo del 2019.
Sinopsis
Sinopsis
“La nueva historia sigue los heroicos esfuerzos de la agencia cripto-zoológica Monarch mientras sus miembros se enfrentan a monstruos enormes, incluyendo al poderoso Godzilla, que choca con Mothra, Rodan y su enemigo final, el rey de tres cabezas, Ghidorah. Cuando estas súper especies antiguas – pensadas como mitos – vuelven a surgir, todas compiten por la supremacía, dejando en la balanza la existencia misma de la humanidad.”
Un músico consolidado descubre –y se enamora- de una artista que ya se rindió en su sueño de convertirse en cantante. Por azar, Jackson Maine(Bradley Cooper) presencia una de las presentaciones de Ally(Lady Gaga), cautivado con ella, comienzan una vida profesional y personal juntos. Mientras la carrera de Ally se eleva, la relación de ambos se hunde y comienza a romperse. Mientras Jackson mantiene una pelea continúa con sus demonios internos. Una nueva variación de la trágica historia de amor.
El debut directoral de Cooper y debut actoral en el cine de Gaga, es impresionante porque no parece ser la primera vez de ambos, lo que demuestra el talento innato que tienen en sus diferentes disciplinas. Encontrar eso mientras se ve la película la vuelve una experiencia aún más emocionante. LadyGaga fue un acierto en todos los sentidos posibles, si su actuación fue deslumbrante, es gracioso cuando nos recuerda la tremenda voz que hizo que la conociéramos como LadyGaga.
La química entre Cooper y Gaga es genuina, como dos almas perdidas en una pecera de alcohol. El dolor y la alegría que experimentan juntos y separados puede provocar lágrimas sin siquiera buscarlo. Claro, tiene momentos donde pareciera ser el momento para llorar, pero su propósito no es superficial, si no que ahondar aún más en la miseria.
El guion permite presenciar momentos que nos dejan boquiabiertos, la efervescencia de una estrella naciente y todo lo que ocurre detrás del telón consigue transmitir la euforia, el desorden y la pasión del momento.
El actor SamElliott como personaje secundario posee uno de los momentos más conmovedores e intensos. La manera en que su rol como hermano del personaje de Cooper logra contener sus emociones es conmovedora.
Las presentaciones son carismáticas, el número de Shallow provoca piel de gallina. No me extrañaría que hubiese alguna nominación en la temporada de premios para esta película y sus actuaciones. Sin lugar a dudas, es una cinta que debe verse en la pantalla grande.
Naceunaestrella es la prueba viva de que un remake del remake del remake puede aún sorprendernos y maravillarnos.
El estreno de esta semana es la undécima película animada musical de Warner Bros. Pie pequeño tiene como protagonistas a las voces de Channing Tatum, Zendaya y James Corden. La historia es una adaptación del libro Yeti Tracks de Sergio Pablos.
Un joven Yeti llamado Migo provoca un caos en su comunidad cuando se topa con algo que no se creía que existía; un ser humano (o pie pequeño). El alboroto genera que se empiece a pensar que será lo que existe más allá de su aldea nevada.
Para ser un filme familiar es una sorpresa agradable ver los giros que tiene en su argumento. Desde el principio es ingenioso que inviertan el punto de vista desde el terrible pie grande al horrible pie pequeño. Lo extraño y nuevo es el mito del humano, el miedo a lo desconocido apunta hacia él y hacia su mundo.
Pie pequeño al ser un musical logra entregar bellas y heladas escenas. Incluso se desprende un grado de madurez y valentía mientras avanza la historia, que quizás las personas mayores puedan captar en términos de lo que es tener una mirada crítica.
Es una película recomendable para toda la familia, con buenos chistes y referencias fílmicas entre tanto y tanto. Es ese tipo de experiencia iluminadora con el que sales feliz de la sala de cine. Los niños y jóvenes disfrutarán de esta peculiar y energética aventura con sus brillantes números musicales.
Cabe mencionar para los fanáticos de One Direction que Niall Horan es quien está encargado del tema principal llamado Finally Free.
En lo que llevamos del año 2018, la película dirigida por Jon M. Chu es la comedia romántica más exitosa del año. Es una adaptación del debut literario de Kevin Kwan y promete ser una experiencia de lo más exuberante.
La historia sigue a Rachel Chu, una china criada en Estados Unidos que pronto acompañará a su novio NicholasYoung, a la boda de su mejor amigo en Singapur. Al llegar, Rachel descubrirá que está saliendo con el heredero de una de las más grandes fortunas del país y claro, uno de los solteros más codiciados.
El trabajo de PeterChiarelli y AdeleLim en adaptar la novela de Kwan al cine es espléndido. Lograron editar gran parte del libro que puede ser usada en la secuela que ya se encuentra en preproducción. Tomar un drama de dinastías, diferencias socioeconómicas y poder para convertirlo en un filme con mayores grados de comedia no es una tarea sencilla.
Un gran acierto fue el reparto, como la actriz Constance Wu que encarna al detalle a Rachel Chu. La química entre Henry Golding (Young) con Wu es exquisita, logran mantener la esencia del romance de principio a fin sin ser una cursilería. Hay que destacar al resto de los actores, que marcan la presencia correspondiente a sus personajes, no sin algunas diferencias sustanciales.
La dirección de Jon M. Chu crea un viaje fantasioso y entretenido, que posee momentos de sinceridad que permiten marcar una pausa entre tanto color y lujo. Más allá de las risas que pueda provocar, es una historia interesante que merece ser vista y explorada en el cine.
La dirección de arte y diseño de producción consiguieron evocar la opulencia fantástica descrita en el libro de KevinKwan. El espectáculo visual que se puede apreciar durante el filme no deja de asombrar de principio a fin.
Con una duración de dos horas, se hace corta y se vuelve amargo ver el comienzo de los créditos. Sin lugar a duda, recomiendo leer el libro y esperar con ansias la secuela.
¡Amigos! ¿Tenían mucho tiempo esperando la siguiente película de la seudo-saga de El Conjuro (El Conjuro 1, 2, Anabelle 1, 2)? ¿Sí? ¡Pues no esperen más! La monja ha llegado a sus cines favoritos y, menos mal, también en formato IMAX. ¡Es verdad! La monja menos favorita de todos los asiduos al cine de terror está aquí, hábito y mirada creepy incluidos.
¿Un pequeño de qué se trata? Es la historia de un convento en un pueblo perdido de un país eslavo, Rumania, en que se ubica un castillo que es utilizado como convento de monjas que no salen jamás. De esas que usan un hábito negro bien medieval. Y parte en una escena medio random en que los Warren (la pareja de El Conjuro) están mirando un cuadro que Ed(el Warren) está pintando, mientras Lorraine(la Warren) le dice que ha tenido una premonición de su muerte y que ese demonio que pinta (la monja) es real ¡Chan!
Después está la escena inicial clave donde aparece ya una insinuación de qué pasa en el castillo. Una monja se suicida. Su cuerpo cuelga por días. Alguien lo encuentra (un franco-canadiense que vive en Rumania). Y de ahí nos vamos al Vaticano donde le encargan al padre Burke que vaya a ver este castillo muy perdido en medio del universo porque “temen que ya no sea tierra santa”… y de paso, llévate a esta novicia que está en Londres y tienes que ir a buscarla por ninguna-razón-en-especial… o para que la posean o qué se yo. Y nada. Van. Le piden al franco-canadiense (le dicen “franchute”… como que es relevante de alguna forma su nacionalidad) que los guíe hasta el castillo-convento.
Y ahí empieza la acción. La película the real. Cuando ellos llegan y empiezan a pasar un montón (literal, un montón) de cosas raras que claramente son el indicio de que ahí está pasando algo raro. Total, esto es en 1952, todavía no existen los Warren… ni el celular y las cartas se demoran diez años en llegar y están en un pueblo en Rumania, que en la película es como decir que están en una isla perdida de 1810. Así que piola. Nadie tiene por qué imaginarse que un convento rodeado por cruces, de donde no salen las monjas quién sabe hace cuánto (ni nadie sabe cómo entran, tampoco) y donde apareció una colgada en medio de la puerta de entrada, signifique que hay algo malo ahí.
¿Lo malo? El guión es medio absurdo. Si ya las películas de terror tienen un estándar relativamente bajo de “los personajes actúan de forma racional”, acá llega a ser ridículo: “¡Amigo, tiene un magíster en exorcismo, doctorado en demonios, tiene libros, tiene la cruz, tiene la experiencia traumática, dese cuenta de que ahí hay un demonio! ¡Saque el agua bendita, por favor!” (Esa era yo en el cine).
¿Lo bueno? Tiene muchos screamers. Entonces, de verdad te pegas algunos sustos. Maneja bien la tensión en ese sentido; en que no sabes si va a aparecer la monja en el espejo… o atrás tuyo, en la sala. Por lo que la recomiendo para IMAX. El sonido preciso (ajustado con láser), la pantalla agrandada, la experiencia envolvente, pueden hacer olvidar las fallas ‘guionísticas’ y centrarte en lo que de verdad importa: una monja-demonio anda suelta en el mundo.