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12/14/23

[Cine] Este jueves se estrena “Los Tres Mosqueteros: Milady”: segunda parte de la brillante y entretenida adaptación de la obra de Alejandro Dumas

“Los Tres Mosqueteros: D’Artagnan” fue para la prensa especializada una de las grandes sorpresas del año que se nos va. No es fácil combinar acción, emoción y profundidad psicológica en una película de entretenimiento, y el director Martin Bourboulon lo logró gracias a un elenco en estado de gracia que incluye a Eva Green, Vincent Cassel, Romain Duris y Louis Garrel.



Ahora, este jueves 14 de diciembre, llega a salas chilenas la esperada segunda parte de la adaptación del clásico inmortal de Alejandro Dumas: “Los Tres Mosqueteros: Milady”, secuela centrada principalmente en el gran personaje femenino que interpreta Eva Green. 

Desde el museo del Louvre al Palacio de Buckingham, pasando por las alcantarillas de París al asedio de La Rochelle... En un reino dividido por guerras religiosas y bajo la amenaza constante de la invasión británica, un grupo de hombres y mujeres empuñarán sus espadas y unirán su destino al de Francia.

EVA GREEN: “Esta película ofrece una visión sorprendente de Milady”

“Los Tres Mosqueteros: Milady” posee los mismos atractivos de la primera parte, es decir, una escenografía perfecta, una trama fascinante y personajes complejos que son interpretados por una selección de los mejores actores y actrices de Francia. Pero va más allá. 

“A diferencia de la primera parte, toda la exposición ya está hecha. Por lo tanto, es posible profundizar en cada personaje y comprender realmente por lo que está pasando. La exploración de esas almas realmente florece en esta parte. La dualidad entre amor y muerte es constante”, destaca el director Martin Bourboulon. “El amor es siempre un poderoso motor emocional en el cine. Está intrincadamente entretejido en esta película y la hace inmediatamente identificable. Nos acerca más a los personajes y a lo que sienten. Y una segunda historia de amor surgirá a lo largo de la película”.

A pesar de tener un mayor espesor dramático, el cineasta cuenta que le interesaba conservar los toques de comedia. “Ésta siempre encuentra un lugar en el drama porque es terriblemente humana”, opina. “Con mucho gusto le hicimos espacio, creando momentos de respiro y contrapunto indispensables dada la densidad de la historia que contamos. Porthos y Aramis funcionan de la mano. Y es fantástico recuperar al rey de la primera parte. Tan pronto como aparece en la pantalla, el público se divierte, como si estuvieran ansiosos por volver a verlo. Louis Garrel fue muy creativo al imaginar ese personaje”.

El énfasis está puesto, sin embargo, en Milady, personaje entrañable y sensible que participa en este mundo de hombres. 

“Hay un aspecto muy de “mujer fatal” en el personaje, que encuentro interesante y que sugiere el vestuario. Lo que Milady destaca es su feminidad, con vestidos y pelucas que ocultan su pelo corto y pantalones elásticos aptos para una pelea si las cosas se deterioran. Esta película ofrece una visión sorprendente de Milady, que contrasta marcadamente con otras adaptaciones de la novela de Dumas”, opina la actriz Eva Green, quien ha brillado en películas como “Soñadores” y “Casino Royale”, entre otras. “Milady, creo, es muy masculina en el fondo. Su feminidad es útil para manipular a los demás, para seducirlos, atraparlos y a veces matarlos. Es un arma. Hay algo muy duro en lo más profundo de ella. Milady usa armadura, pero hay grietas en esa armadura, por supuesto, porque es humana. De hecho, la encuentro mucho más humana en esta película que en la novela de Dumas”.

“Ella no confía en nadie”, agrega la actriz. “En la sombra, parece respetar a Richelieu, que conoce su secreto. Pero creo que Milady está actuando por su cuenta. Milady no tiene amigos, vive al límite”.


Vincent Cassel: “Todos dependíamos unos de otros y esa era la fuente de la adrenalina”
El aclamado actor francés Vincent Cassel (“Irreversible”, “El cisne negro”) vuelve a interpretar a Athos, un personaje clave en la historia.

“Es el mosquetero que conlleva más dramatismo”, señala. “Desde el principio, esas grietas se pueden sentir a través de él. Siempre me ha encantado ese personaje por su profundidad. Es oscuro, melancólico. Lo atormentan el remordimiento y el arrepentimiento y sueña con la redención, aunque se siente incapaz de lograrlo. Esa es la partitura que reproduje de un extremo al otro de ambas películas. En la segunda parte descubrimos el motivo de su profundo tormento, la pesadilla que le hace creer que está viendo fantasmas. Ver a un gigante arrodillarse siempre es algo interesante. Además, debido a su hermano, Athos se encuentra en una tierra de nadie política. Una guerra de religión se libra en el corazón de su propia familia y eso acentúa su situación”.

Sobre el vínculo del personaje con el resto de los mosqueteros, Cassel agrega: “Athos es más consciente que los demás. No habla mucho; es un hombre tranquilo, atormentado por sus demonios. Entonces, su historia corre paralela a la de sus compañeros mosqueteros. Por ejemplo, ve a D'Artagnan como el joven que nunca volverá a ser, lo que explica por qué lo toma bajo su protección desde el principio. Hasta que el alumno supere a su maestro: cuando D'Artagnan se convierte en un hombre consumado, ya no quiere la carga que Athos le ha impuesto”.

“Empecé con el principio de que soy demasiado mayor para este papel”, confiesa el actor. “Así que usé esa diferencia de edad para acentuar el lado oscuro y cansado de Athos. Siempre lo he visto como un viejo líder de manada de lobos grises, que lucha más con su mente que con su cuerpo. Es el mayor de este grupo de mosqueteros”.

“Rodamos largas escenas de lucha continuas con acrobacias y explosiones”, agrega Cassel. “Eso nos hizo sentir a todos como si estuviéramos trabajando sin red, compartiendo la responsabilidad. Todos dependíamos unos de otros y esa era la fuente de la adrenalina”.

12/22/18

[Reseña cine] Sin dejar huellas: Un descarrilado film noir

Directamente desde Francia y marcando el retorno del director Erick Zonca, llega a nuestras salas “Sin dejar huellas” (Fleuve Noir), un thriller que toma elementos del cine negro de los 50s, equilibrando los toques clásicos con los modernos.


Protagonizada por Vicent Cassel (El cisne negro) como el detective François Visconti, quien debe encontrar a los responsables de la desaparición de un joven de 16 años, con ayuda de el profesor Yann Bellaile (Romain Duris).

El gran sustento de este filme sin duda alguna son las actuaciones principales de Cassel y Duris. Pero es el primero quien en definitiva termina por hacer interesante la película. El trabajo de Cassel es particularmente llamativo, pues su personaje está lleno de peculiaridades que el actor logra retratar hábilmente. Duris, a quien vimos en Todo el dinero del mundo (Ridley Scott), también hace lo propio, pero al tener menos tiempo en pantalla sólo logramos ver una pincelada de lo que este gran actor puede hacer.


Y es que si no fuera por el elevado nivel de su reparto la película se derrumbaría por completo, pues un guion poco sólido, con una subtrama que sólo sirve para añadirle minutos extra de duración y pocas escenas carentes de tensión no ayudan a consolidar el filme como unidad.

Pero más allá de un guion que a (varios) ratos se tambalea, el aspecto visual que propone el director no deja de ser interesante; mostrándonos la vida nocturna de las ciudades francesas de una manera poco usual y dándole ese toque noir tan distinguible para los aficionados del género.


En resumidas cuentas, Sin dejar huellas logra compensar la poca solidez de su historia, con actuaciones de primer nivel y una propuesta visual que logran aportarle la dosis justa de entretenimiento para poder disfrutarla en una sala de cine.


Por José A. Pino

11/23/18

[Reseña cine] Gauguin, viaje a Tahiti: Un biopic que va más allá de las pinturas

La importancia de la figura de Gauguin, el pintor postimpresionista que influyó a artistas de la talla de Piccaso es abordada de manera acotada, pero con belleza en esta película francesa dirigida por Edouard Deluc y protagonizada por Vincent Cassel. El biopic retrata una pequeña etapa del pintor, la que comienza en 1891 con su viaje a Tahití. Él abandona Francia con todo el costo que eso significa para adentrarse en una selva que da una nueva vida a sus pinturas, pero también teniendo que enfrentarse a la soledad, enfermedad y la pobreza. Aquí conoce a Tehura, una joven nativa que se transforma en su esposa, y quien terminaría siendo una de las principales inspiraciones del artista en la construcción de algunas de sus obras más valoradas.


La película se aleja del protagonismo que se esperaría de las pinturas y te muestra el lado más decadente del genio, pero desde una forma algo impersonal. No profundiza en lo que hay detrás de una mente creadora que innovó inmensamente en las técnicas artísticas, tampoco te habla mucho de quién es realmente ni de lo que había logrado hasta ese momento, pero sí te lleva de la mano por los estímulos que llevaron a Gauguin a sufrir y amar al verse enfrentado a esta tierra fascinante. Esa maravilla visual que presentan los paisajes de Tahití va siempre en armonía con esta relación entre Gauguin y Tehura que se sustenta del aspecto natural e impulsivo de nosotros mismos, una forma perfecta para respirar arte, pero también para sacar lo peor de nuestras obsesiones. En esa lucha es donde Gauguin puede pasar perfectamente como el villano en determinados pasajes, pero terminando siempre enfrentado al poder que significan sus pinturas. No sólo como un simple color bien mezclado, sino que como ese embellecimiento inmortal de una realidad llena de matices.


No hablaría de una historia con un gran ritmo, ni atrapante por la empatía que te generan sus personajes. Tampoco tenemos una inspección tan fundamental en lo que significó Gauguin para nuestra historia, pero este viaje consigue funcionar a punta de sensaciones realistas y bellamente filmadas, un definitivo buen paso para introducirnos en una breve parte de la vida de un Gauguin que no alcanzó ningún tipo de reconocimiento hasta después de fallecido. Vean Gauguin: Viaje a Tahiti desde esta semana en cines.


Por Andrés Leiva

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