Pocas veces al país ha llegado cine de animación japonesa, ¿Por qué? Porque la industria del cine aún no tiene la confianza para poder ver la gran cantidad de fanáticos que tienen las películas de este tipo. Grandes ejemplos como: Dragon Ball, El Niño y la Bestia, Naruto, Ghost in the Shell y muchas más.
Es claro que este tipo de películas sufre el prejuicio de que poca gente pague para verlas en el cine. Y es por eso, que hoy tengo el placer de contarles un poco de Una Voz Silenciosa (Koe no Katachi). Dirigida por Naoko Yamada, basada en el manga del mismo nombre por Yoshitoki Ōima.
La premisa de la película gira en torno a un par de escolares, Shoya, un chico que gusta de burlarse y Shoko, una alumna nueva que tiene problemas de sordera. Shoya con sus compañeros empezarán a hacerle bullying, mientras Shoko aún cree que pueden ser amigos. Hasta que ella abandona el colegio. Y son los compañeros y el profesor de Shoya, los que le echan toda la culpa a él sobre lo sucedido, lo que se traducirá en sufrir lo mismo que él hizo sufrir a su compañera.
Pese a que el comienzo de la película sea la historia de ellos cuando niños, la película no se preocupa de ser delicada o de adornar algo tan fuerte como lo es el bullying. Porque este tema no es bonito ni menos cosa de niños. Y tiene un gran manejo de lo que es vivir con una discapacidad como la sordera.
Esta es una historia humana, una historia de redención y amistad. Está tan bien hecha la película que no por nada ya lleva acumulando varios premios, que demuestran el gran manejo de la historia con personajes genuinos y una preciosa animación. Con escenas que harán que a más de alguno se le apriete el corazón.
Les recomiendo mucho que vayan a verla, es una película espectacular y no volverán a ser la misma persona que entró a la sala. Para todo público, excelente para los eruditos de la animación japonesa y perfecta para los que aún no están iniciados en este tipo de películas.
Por Constanza Lobos