¿Quién dijo que las palabras hacen un buen guión? ¡Señoras y señores, Un lugar en silencio nos ha dejado a todos mudos! La película transcurre en un pequeño pueblo abandonado en Estados Unidos, medio perdido en el bosque (o consumido por el mismo). Toda la información que poseemos –y que es más o menos lo que se logra saber en toda la película- es que la humanidad fue asediada por unas criaturas que reaccionan con el ruido. Como dice el tráiler: si haces un sonido, te cazan.
Los protagonista son una familia -mamá, papá, dos hijos y una hija- que logran sobrevivir este apocalipsis debido a sus habilidades para mantenerse en silencio. Todo el entorno está estratégicamente adaptado para no producir ruido: ni las hojas en el suelo, ni los tenedores en la mesa y un sinfín de pequeños detalles que damos por sentado día a día, pero que sí, producen contaminación acústica.
En resumen esto es la trama: familia en casa perdida en el bosque cerca de un pueblo se las arregla para sobrevivir a un apocalipsis de monstruos que cazan utilizando del sonido. Con eso presente, hablemos de la película en sí misma.
En los pro’s dos cosas: En primer lugar, la gran gracia (para los haters del cine mudo será un contra) es que la película es efectivamente un lugar en silencio. La mayor parte del tiempo nadie habla, sino que se comunican con señas. Escuchar las voces de los actores llega a ser doloroso. Y aquí una gran advertencia: las cabritas suenan mucho en esa película. No coman cabritas. O remójenlas antes de tragarlas. De verdad, todo está en silencio ¿Por qué es una gracia? Porque como estamos acostumbrados al ruido, el silencio tensa e incomoda en un sentido positivo. Sale de lo común.
En segundo lugar, las actuaciones son bastante buenas para el género. Jhon Krasinki se lleva, a mi parecer, el papel protagónico, aunque los aplausos son para la joven Millicent Simmonds, que actúa como hija y también para Emily Blunt, que hace el papel de madre. Se agradece mucho el esfuerzo actoral en una película de terror/ciencia ficción porque le da credibilidad a la historia.
En los contras: Primero, el mismo hecho de que sea silenciosa puede hacer que la película resulte lenta. Mi consejo es que soporten los primeros 10 minutos si no engancha en seguida (yo sí lo hice) porque la mayor parte de la película es mucha tensión. Segundo, las cabritas suenan muy fuerte. Tercero, faltó aprovechar más el potencial de la película en el cierre. Es más bien un “disfruta el viaje” que un “¡Llegamos a buen puerto” o “película redondita”.
A modo de conclusión: vale la pena ir a verla en el cine. Probablemente en la casa no tenga el mismo efecto de silencio envolvente. Aprovechen ahora y no a verla online. No es sangrienta, pero tiene sus escenas de impacto. No requiere un buen estómago: es bastante amigable en ese sentido. Y, finalmente, remojen las cabritas en la boca antes de masticarlas.
Por Adriana Villamizar
