“El reino de Endovier ha perdido su esplendor, sometido por un monarca que rige sin piedad desde su diáfano trono. La única esperanza recae en una asesina que ha sido llamada al palacio. Pero la intención de la joven no es matar por matar; la asesina más dura de Adarlan ha acudido para ganarse la libertad”.
Esto es lo primero que se lee en la solapa de “Trono de Cristal”, el primer libro de la trilogía bestseller de Sarah J. Maas. La protagonista es Celaena Sardothien, una experta joven asesina que, tras haber sido aprisionada y obligada a realizar trabajos forzados en una mina de sal, es llamada al palacio del reino de Endovier.
Una vez allí le encargan con una misión secreta que pondrá a prueba todas sus habilidades de criminal. Sardothien se está jugando su libertad con ello, tiene dos opciones, la primera es vencer a 23 competidores, entre ellos asesinos, guerreros y ladrones, y la otra es volver a los campos de sal a morir con la ilusión de poder ser libre de nuevo.
Una de las características que más diferencia a Sardothien de otras protagonistas contemporáneas de la literatura actual, es que ella creció como una asesina y se comporta como tal. Con un fuerte carácter y sentido de independencia, pese a tener como principio el desconfiar. Posee una preocupación innata por las personas que sufren, mientras el rey sigue arrasando otros reinos.
A medida que avanza el libro, Sardothien comienza a entrenar y a relacionarse con las personas que están cercanas a ella, como lo son el capitán de la guardia real y el príncipe del reino, que poco a poco, cada uno aprenderá más de lo que hay detrás de la asesina más famosa de Adarlan. Ella se sentirá como una forastera dentro del castillo y con humor mirará a la nobleza y con mayor picardía a las “cabezas huecas” de las mujeres de clase alta.
Sardothien no estará sola, pero habrá momentos donde dudará de todo lo que conoce, en un ambiente tenso envuelto por misteriosos asesinatos dentro la competencia. Con competidores que desconocen su verdadera identidad.
Sarah J. Maas, nos entrega la historia de una mujer empoderada que no se ha rendido frente a la adversidad, nos enseñará el valor del esfuerzo de levantarse a sí misma. Con un humor irónico que acompaña el oscuro y fuerte pasado de Sardothien, lo cual me hace pensar que su nombre debe ser sinónimo de resiliencia en algún idioma fantástico.
La edad de los personajes comienza desde los 18 años y todos viven una vida que no es sencilla. Gracias a esto, la autora le entrega una madurez a la historia poco antes vista, donde no se juega a quién se quedará con la princesa, sino que se están jugando la vida y no hay ninguna princesa a la que salvar.
Por Constanza Lobos
