Es un hecho que las películas de acción con toques de comedia abundan en cantidad, pero no precisamente en calidad. Aun así ¿Quién no querría ver a Ryan Reynolds junto a Samuel L. Jackson pateando traseros?
Hoy les hablaré de Duro de Cuidar (The Hitman’s bodyguard), protagonizada por Jackson (Pulp Fiction) y Reynolds (Deadpool).
La trama se enfoca en Michael Bryce (Reynolds), un guardaespaldas metódico que debe proteger a su mortal enemigo, uno de los asesinos más peligrosos del mundo, Darius Kincaid (Jackson). Ambos llevan años peleando en opuestos diametralmente distintos, Bryce protegiendo a asesinos y Kincaid matándolos.
Ambos cruzarán caminos cuando en el tribunal de La Haya, necesiten con urgencia que Kincaid testifique contra un ex dictador bielorruso. Caracterizado por el notable Gary Oldman.
Desde el tráiler pude ver y disfrutar, que harían uso de uno de los elementos más asociados a las actuaciones de Jackson: la palabra “motherfucker”.
Duro de Cuidar, es una película que se apoya por completo en la gran química que comparten Jackson y Reynolds. Ambos actores han demostrado tener un gran manejo de humor sobre todo en situaciones de vida o muerte. No es extraño, preguntarse cómo antes no habían hecho una película de este tipo juntos.
La gran crítica que podría hacer es que no es innovadora y es algo que ya se ha visto. Pero creo que es ahí, donde ni la película se toma así misma enserio, que es donde brilla y entretiene.
Otra cosa que debo destacar es que me recordó a Deadpool, no por Reynolds, sino que fuera de toda la acción y humor, es fundamentalmente una historia de amor. Y realmente vale la pena verla, si uno está consciente a lo que va.
Por Constanza Lobos