Entre los estrenos de esta semana tenemos el musical protagonizado por Hugh Jackman (Logan), junto a Michelle Williams (Blue Valentine), Zac Efron (Neighbors) entre otros rostros conocidos. La cinta es la ópera prima de Michael Gracey, junto con los compositores de La La Land.
Inspirada en la vida e imaginación de PT Barmun, un célebre artista circense en el mundo del entretenimiento es Jackman quien encarna al excéntrico visionario. El largometraje relata el nacimiento del mundo espectáculo.
La historia se desenvuelve con un joven y luego adulto, PT Barnum, pero la película desde el comienzo tiene algunos errores de continuidad que son fácilmente detectables, lo que hace a uno preguntarse ¿Qué pasó?
Como persona que ha amado musicales como La Novicia Rebelde, Los Miserables (donde también actúa Hugh Jackman) hasta La La Land, esperé que las canciones o reinterpretaciones que se hicieran en la película estuviesen bien hechas. Por algo, detrás de El Gran Showman se encuentran los compositores de La La Land, pero el resultado final es espantoso.
Yo sí creo que canciones o melodías actuales pueden ser convertidas en experiencias memorables, pero en este caso esto no ocurre. ¿Por qué? Porque es en la manera en que están hechas que se convierten en algo plástico que sencillamente se tira a la basura, como un hit musical que dura un verano.
No es casual que la película parezca un clip musical de larga duración que posee breves pasajes narrativos que ni siquiera logran llegar a la altura de lo que exige.
Lo más destacable es la actuación y performance de Hugh Jackman, conocido por su gusto por participar en musicales, por lo que no se espera menos. Aunque su personaje se desperdicia cuando sus momentos más tensos se ven ridiculizados por el CGI.
El Gran Showman posee un buen montaje, con una clara preocupación por la dirección de arte por toda esta idea de lo “fantástico y visual” que representa el mundo del circo y del espectáculo.
Por Constanza Lobos
