Inglaterra, año 1959 y Florence Green es una joven viuda y bonachona que deberá defender su convicción de usar su antigua casa para abrir una librería, ya que una poderosa mujer hará todo lo posible por usar este inmueble para otro fin. Así es la premisa de una película que tan solo al comenzar nos da a entender que veremos una historia amigable y de tinte autobiográfico, pero más desde una mirada infantil. La voz en off que describe cosas básicas de la protagonista, o que se tope con personajes inofensivos, todo nos acerca al cine familiar. Pero consideremos que esto no es una comedia, como tampoco llega a lucir como un drama duro. Más bien es como un cuento que se apasiona al hablar de libros, y que atrae por un estilo audiovisual bien inserto a la época en que está ambientada.
Es un relato amable, donde las melodías alegres y la maldad disfrazada de simpatía hace que sea sencillo que den ganas de ver hacia donde mutará la historia. Y funciona, al menos mientras conoces a sus personajes secundarios entrañables. El punto alto está allí, donde el amor por los libros une a las personas y se crean cosas que pueden sostener un mundo que siempre ha estado demacrado por un poder político egoísta y dominado por los hombres. Y no es casualidad que ambas fuerzas, la protagónica y la antagónica sean mujeres que ejercen distintos tipos de poder. Son ideas bien tratadas por Isabel Coixet, quien imprime su sello bastante influenciado al dirigir y escribir esta historia ágil, con un gran predominio del uso de la música pero que no se excede nunca en su ejercicio de estilo.
Aunque diré que también se me queda a medio camino por una falta de profundidad en un conflicto que podría haber terminado de manera más interesante. Sentí que desaprovecharon buenas actuaciones, como la de Bill Nighy al no apostar por ir un poco más allá en el desarrollo de sus personajes, o de al menos darle un peso mayor a un conflicto que podría haber tenido un mejor desenlace. No es que sea malo, pero en la suma quedé con la sensación del vaso medio lleno. Aún así puedo asegurar que la película es sincera consigo misma, y una muy agradable de ver. Por lo tanto, si te gustan las historias livianas, que cuidan su ambientación y con mucho cariño por la literatura puedo hacerla mi recomendación segura de la semana.
Por Andrés Leiva