Teoría King Kong de Virgine Despentes se publicó por primera vez el 2006, convirtiéndose en una de las obras más importantes dentro de la teoría de género y del post feminismo. Este año vuelve a las librerías de la mano de Penguin Random House y traducida por Paul B. Preciado, otro de los teóricos de género que deslumbran por su inteligencia y genialidad a la hora de escribir sobre lo queer y género. Lo mismo ocurre con Virgine Despentes, quien plasma en Teoría King Kong, una escritura cargada de rabia de principio a fin.
Este ensayo pretende incomodar la literatura y a los lectores, mostrando la realidad de aquellas que nacen con pocas oportunidades y que se han tenido que formar por la crudeza de la calle y del sistema patriarcal en el que vivimos. No es aislado el escenario que nos presenta Despentes sobre el género, la represión del deseo, la prostitución, el abuso sexual, la pornografía y la maternidad, todos estos aspectos que se alejan del cuento de hadas que nos contaron desde niñas, y eso es interesante porque sus reflexiones surgen de sus experiencias personales de una persona real que además, tensiona constantemente el deber ser.
La realidad es mucho más cruda de lo que imaginamos, podemos dimensionarla en parte, porque el ejercicio escritural de Virgine surge desde su intimidad. Por eso, el libro se desarrolla en la medida que la autora recorre todas aquellas situaciones que le ha tocado vivir para dar cuenta de la peligrosa dominación a la que estamos expuestas. Su obra se posiciona como un manifiesto en el que quiere llegar a todas las mujeres, asumiendo que todas cumplimos diversos roles: aquellas que desean casarse y tener hijos, como también aquellas que sólo quieren disfrutar del placer y el sexo, las coquetas o las que huelen a niños y meriendas después del colegio. Con este inicio, Virgine construye su identidad, develando que es una “proletaria de la feminidad”; un cuerpo que habita en los bordes del “deber ser” y desde ahí enuncia un discurso que la norma ha intentado enmudecer.

Estos sentimientos son los que le dan poder para sacar a flote todo lo que se oculta en la esfera de lo privado y así dar sentido a su particular forma de ser en el mundo. Su desborde nos invita a molestar, a incomodar, a no ser lo que los demás esperan de nosotras, y en eso hay un manifiesto valiente y brillante, pues también podemos ser monstruosas, excesivas, antinormativas, y desbordantes. En las páginas de teoría King Kong encontraremos la razón de una particular, molesta y grandiosa existencia.
Por Belén Gajardo