Si algo sabemos de la industria cinematográfica estadounidense es que les encanta llevar a la pantalla sucesos que han dado bastante de que hablar, como acontecimientos históricos, accidentes, atentados, entre muchos otros. David Gordon Green ha dirigido películas como Piña Express, Experta en crisis y Una loca aventura medieval, esta vez apuesta por Más fuerte que el destino (Stronger), una producción por completo diferente en donde por medio de la actuación protagónica de Jake Gyllenhaal junto a Tatiana Maslany y Miranda Richardson, nos hace testigos de lo ocurrido en el terrible atentado de la maratón de Boston en el año 2013. Una película inspiradora basada en hechos reales, emotiva, reflexiva y con impecables actuaciones que esta semana se suma a la cartelera de cine.
A diferencia de lo que solemos ver en este tipo de películas que recrea momentos catastróficos y se enfoca en cómo estos afectan a la sociedad en general, en esta ocasión vemos la repercusión de este atentado en la vida de Jeff Bauman, interpretado por Gyllenhaal, quien es un joven de 27 años que decide ir a hacerle barra a su novia (Tatiana Maslany) a la maratón. Él estaba parado cerca de una de las bombas, lo que provocó que perdiera ambas piernas. Cualquiera pensaría que el chico iba a estar desconsolado al enterarse de lo que le había sucedido, pero muy por el contrario, decide inmediatamente colaborar con la policía para encontrar al responsable de aquel atentado, así es como comenzará una gran lucha personal que involucrará sobre todo a su novia y a su madre (Miranda Richardson). Un muchacho al que los medios lo retrataron como un héroe nacional y que tuvo que aprender a superarse a sí mismo.
No es de extrañar que la película esté nominada a los Critic´s Choice Movie Award y al premio Satellite gracias a la gran interpretación de Gyllenhal. El filme es crudo, nos muestra escenas realmente fuertes desde la vivencia de este chico que jamás se imaginó lo que le deparaba el destino al presentarse en la maratón, estas escenas son hasta un poco difíciles de digerir pero finalmente resultan reflexivas y hasta inspiradoras. La película recae en los hombros de Gyllenhaal, él es quien aparece en las escenas más potentes en cuanto a lo visual y lo emotivo, y también en los momentos moderadamente cómicos ya que hay un toque de humor negro que aliviana de cierta forma la trama a lo largo de su extensión. El actor logra que el espectador empatice con él, que sienta ganas de abrazarlo o hasta regañarlo cuando a veces se comporta de manera terca. También son destacables las actuaciones de Maslany y Richardson, la primera como una novia que a pesar de todo le entrega su amor a este chico que se muestra fuerte pero a la vez está molesto con la vida, nos muestra ese personaje que está ahí para apoyar en los momentos más difíciles a alguien a quien la vida lo golpeó de una manera tan terrible y que a pesar de verse sobrepasada por la situación de su novio no se da por vencida. En cuanto Richardson, quien interpreta a una madre alcohólica e imprudente que trata de sobrellevar la situación por sus propios medios.
Personalmente, me gustó mucho la dirección de Green, contándonos este fatídico incidente desde la perspectiva más íntima de uno de sus grandes afectados, juega con la narrativa al mostrarnos diferentes escenas desde una perspectiva diferente, volviendo en el tiempo, para así comprenderla mejor. En cuanto a los efectos visuales, estos logran que el espectador se sienta parte de la película, escenas que se sienten muy reales y de seguro logrará remecerlos.
Desde el comienzo te subes a una montaña rusa de emociones y a pesar de estar basada en hechos reales y saber de qué va la historia, logra sorprender gracias a las magníficas actuaciones con las que cuenta.
Más fuerte que el destino (Stronger) es una película profunda, intensa y motivacional. Las consecuencias que un terrible suceso dejan en un hombre y en su entorno familiar y un gran mensaje acerca de volver a aprender a vivir cueste lo que cueste.
Por Camila Toro F.