Suborbicon, un espacio paradisíaco para la familia blanca estadounidense de los años 50, y también un escondite de mucha suciedad. Así nace la premisa de esta película dirigida por George Clooney, escrita por los hermanos Coen y protagonizada por un gran cast, con nombres como Matt Damon, Juliane Moore y Oscar Isaac. Más en lo específico, trata de una familia aparentemente perfecta que se ve enfrentada a un robo en su hogar, lo que resulta en la muerte de un miembro importante. De ahí en adelante los esfuerzos por replicar la tranquilidad anterior se ven cada vez más frustrados debido a una suma de engaños, ambiciones y algo de locura.
La mano de los Coen en la escritura del guion es evidente. Ese tipo de humor negro, repleto de personajes carismáticos, con giros abruptos y harta violencia desatada nos hace sentir por un momento que estamos ante otra obra sobresaliente de la pareja, pero al mismo tiempo aparecen ciertos problemas en su narración que no terminan por redondear a la que podría haber sido una gran película, lo que nos habla de un George Clooney que aún está lejos de alcanzar una carrera sólida en dirección. Eso no significa que estemos ante una cinta aburrida y carente de contenido, por el contrario, Suburbicon divierte lo suficiente y funciona como una notoria crítica social.
Partiendo desde esa base, la película es un thriller que se distorsiona en el camino. El supuesto equilibrio en su narración comienza a excederse por esa necesidad de sorprender sin la fineza necesaria, y pese a que tiene momentos muy álgidos, en especial gracias a unas actuaciones sobresalientes, no es capaz de cerrar el hilo conductor de los personajes con solidez. El conflicto al que se ven enfrentados los protagonistas se vuelve un tanto abrupto y dependiente del estilo de los Coen, lo que consecuentemente termina siendo llamativo y disfrutable. Es el amar algo que ya sabes que funciona, pero sabiendo que en el fondo está incompleto.
Lo segundo relevante es que la película comienza planteando el contexto al que se veían enfrentado los negros en una década difícil, y lo vuelve tema al presentarte una familia negra que se muda al poblado de Suburbicon, algo que no es bien recibido. Más aún, termina en una horrenda campaña racista por intentar expulsarlos del lugar, y hay simbolismos que complementan esa historia paralela a la principal. Ambas reflejan lo peor de una sociedad que raya en lo absurdo, aunque en lo personal me hubiera gustado conocer más de este segundo conflicto. Se mira muy desde afuera, lo que me hacía cuestionarme el que tan necesario era para el desarrollo principal. Sigue siendo un aporte cultural y que da material para el análisis, pero me faltó más cohesión.
Les recomiendo Suburbicon, pese a sus fallas es una película entretenida, posee una ambientación muy cuidada, Matt Damon está genial y el guion tiene ese sello Coen que es del gusto de muchos. Es cierto, está lejos de replicar a obras maestras como Fargo (aunque parece intentarlo), pero es una historia que en la suma justifica una ida al cine. Su estreno está programado para el próximo 23 de noviembre.
Por Andrés Leiva
