Para los lectores del libro, la película cambia muchas cosas. La mayoría para mal como, por ejemplo, todo el sentido y trasfondo que dejó Halliday para la competencia se pierde. Queda en meros detalles y se concentra más en ser una película de acción.
Un punto a favor, es que la película logra recrear todo lo que imaginamos al momento de leer. Es muy bello el diseño de nuestros protagonistas, sobre todo el de Art3mis y los hermanos japoneses Daisho. El actor que hace del villano Sorrento, está hecho casi que a la medida.
Con mucha esperanza, la película puede que haga que muchos quieran leerse el libro si es que aún no lo han hecho y eso es espectacular.
Algo que me desagradó fue el cambio rotundo del personaje de Art3mis, de ser un personaje independiente a decirle a Parzival que solo él puede ganar. En contraste, la personalidad que le dieron a Sho es genial.
Es entendible que varios detalles se dejen de lado en el largometraje, pero todo el sentido de competencia que existía entre los protagonistas casi que en la película no existe y solo hay compañerismo, cuando el libro comienza al revés.
Siento que la película no logró retratar bien el trabajado y detallado cariño que puso Ernest Cline al momento de escribirlo. Lo inteligente del libro no se aprecia en su adaptación.
No es una película mediocre para nada, pero cuando su material de origen se convierte en algo superficial, da pena.
Lo sé, la película nunca es como el libro, pero con claros ejemplos como El Señor de los Anillos sí es posible adaptar bien un libro.
Por Constanza Lobos