Good Time es un thriller policial increíble, quizás de lo mejor que verás este año. Fui a verla sin mucho conocimiento previo, y la sorpresa fue tan grande como mi satisfacción. En dirección se lucen Ben Safdie y Joshua Safdie, y la historia comienza con dos hermanos que roban un banco. En el escape, Nick (Ben Safdie) es capturado por la policía, por lo que Connie (Robert Pattinson) buscará conseguir una gran suma de dinero para sacar a su hermano menor de la cárcel, lo que desencadena en una peligrosa odisea por lo marginal y cruzando el límite de lo legal.
Lo esencial para comenzar esta reseña es decir que Robert Pattinson es un actor tremendo. Estamos ante lo mejor que hemos visto en su carrera, y pensar en una nominación al Oscar al fin llega a convertirse en un deseo justificado. Lo consiguiente es que no suele haber una buena actuación sin la dirección adecuada, y los flancos están enteramente cubiertos. Ya sea desde lo narrativo a lo técnico, la película consigue involucrarte en una historia querible y entretenida. Sabe usar los elementos del género, tiene escenas muy logradas, y lo hace además con un énfasis visual preciso y compenetrado al mundo de los personajes.
El mayor pilar que sostiene la trama tiene relación con la hermandad, pero lo hace con una sensibilidad envidiable gracias a ese derroche de cariño sincero y protector por parte de un hermano mayor incondicional. La familia en su origen permite estas cosas, y como espectadores nos hacemos parte de una conexión emocional que es palpable desde la primera escena, la que se termina de justificar al percatarnos de que Nick posee un problema cognitivo. La influencia de esa condición en la definición de esta relación le da fuerza al guion, ya que Connie es tan responsable como irresponsable por su estilo de vida, y eso significa que inevitablemente siempre habrá consecuencias con las que debe cargar, comenzando por el mismo hecho de que su hermano esté en prisión.
Durante el viaje, se nos irán presentando distintos personajes secundarios que tendrán una influencia en el desenlace de la historia. Cada uno de ellos representa una faceta distinta del mismo mundo que se mueve en la ilegalidad, y donde las motivaciones que nos instan a tomar una decisión es lo que separara a los aliados de los enemigos, o a lo superior e inferior, no la condición social ni intelectual. En ese desarrollo podemos disfrutar de un gran protagonista, eres capaz de entenderlo, saber hacia dónde va. Y esa pericia carismática, pero al borde de caer al precipicio están llevadas a la perfección por Robert Pattinson.
Que las visuales ayuden a la narrativa también hay que destacarlo, especialmente en el uso de los colores en momentos cruciales. Aunque la banda sonora a cargo de Oneohtrix Point Never sube más el nivel, con un toque electrónico bastante energético y que genera esa sensación de atención constante por lo que está pasando, sean momentos de tensión, persecución o incluso comedia. Fue el único premio que se llevó en Cannes, pero haber estado nominada también a la Palma de Oro nos reafirma la categoría de Good Time. ¿Y lo mejor de todo? La película ya está disponible en los principales cines del país.
Por Andrés Leiva