Luego de seis años de espera finalmente Ralph llegó a nuestros cines. Tiempo que valió totalmente la pena esperar ante una película fresca, tierna y por sobre todo divertida.
Es una historia distinta a la que vimos en la primera entrega, pero no se asusten, todos los personajes continúan en este nuevo film y se agregan unos varios con los que se van a reír muchísimo.
La tierna Vanellope sigue siendo una entusiasta de las carreras, es por ello que su buen amigo Ralph decide realizar una ruta especial y bastante adrenalínica dentro de su juego Sugar Rush, esto sin pensar en que es un juego y ella es conducida fuera de este por alguien, en este caso, por una apasionada gamer que en vista de que Vanellope no seguía ordenes, esto motivada por la emoción que le provocó explorar una nueva ruta, es que jala el manubrio a tal punto de romperlo.
Y recordemos Sugar Rush y su maquina ya tienen varios años…
Es por ello que varios de los niños que estaban dentro del local deciden buscar ayuda a través de internet, encontrando el manubrio en la famosa página que todo lo tiene “eBay”, todo bien hasta acá, pero al momento de querer comprarlo se enfrentaron con tres problemas: se encontraba en subasta, a un precio que ellos (y el ancianito dueño del local) no podían cancelar y además, solo quedaba uno.
Una sumatoria de mala suerte que detonó en que se decidiera desenchufar Sugar Rush.
Ralph no pudo seguir viendo a su mejor amiga deprimida, sin poder correr autos ella no era feliz, es por ello que tomó la decisión de ingresar al internet y llegar hasta eBay.
Acá es donde viven una serie increíble de aventuras, todas estas ligadas al internet, wifi y estos logaritmos que llegaron para cambiar por completo nuestras vidas.
Realmente es un película divertidísima, en más de una ocasión te identificas con las ironías disfrazadas de una forma tan tierna que lo tomas con una cuota doble de humor. Hay referencias geniales para todos los amantes de Apple y los adictos a Twitter, V App, Pinterest y a las subastas que nos ofrece eBay en conjunto con sus proveedores para que logremos obtener eso que tanto deseamos.
El humor que poseen los personajes es algo digno de mencionar, destacar, recordar. Los chistes están bien elaborados, al igual que la moraleja que nos busca dejar. Los personajes principales siguen trabajando el poder y la importancia de la amistad pero en esta ocasión a un nivel más alto, a uno que debiese entender un adolescente, joven o un adulto.
Acá es donde destaco el uso de frases precisas, que en medio de la cinta te hacen replantear un par de cosas ligadas a tu vida personal.
Claramente es una película que puede ver desde un pequeño que está recién conociendo la concepción de tener un amigo, hasta un adulto que debe entender que ninguna ley dice que los mejores amigos están obligados a tener los mismos sueños para seguir siendo amigos. Sin duda no te arrepentirás de verla, y probablemente quieras ir nuevamente al cine por una segunda cuota de risa, humor y ternura.
Por Grace Aravena