De Neil Gaiman (Coraline, Stardust, entre otros), ya se encuentra disponible en librerías Odd y los gigantes de hielo, un entretenido libro para niños editado por la editorial argentina Pictus especializada en literatura infantil y juvenil, distribuida en nuestro país por Zig Zag. El libro narra la historia de Odd, un simpático muchacho de 12 años que vivirá la mayor aventura de su vida, acompañado de un oso, un águila y un zorro.
En una aldea de la antigua Noruega vive un muchacho llamado Odd que ha tenido mucha mala suerte. No solo murió su padre durante una expedición vikinga, sino que además un árbol cayó sobre su pierna y se la astilló, y por ello debe andar con una muleta. Y, como si todo eso fuera poco, un interminable y crudísimo invierno ha puesto de muy mal humor a los pobladores.
Durante una caminata por el bosque, Odd encuentra a un oso, un zorro y un águila, tres aventureros que tienen una historia muy extraña para contarle.
Así es como Odd comienza una aventura más extraña de lo que jamás podría imaginar, un viaje para salvar a Asgard, la ciudad de los dioses, de la invasión de los Gigantes de hielo.
El libro es muy entretenido, está recomendado para niños a partir de los 7 años de edad pero los adultos que lo lean igual se divertirán conociendo las aventuras de Odd en Asgard.
Neil Gaiman tiene un sello y este se refleja muy bien en este libro, el cual combina perfectamente la aventura, los personajes entrañables y la mitología nórdica.
Me gustó la forma en que Neil Gaiman nos hace viajar por los fríos paisajes de Noruega. A medida que iba leyendo me hizo mucho recordar a los personajes de la película Como entrena a tu dragón, para que se hagan una idea de lo que encontrarán en Odd y los gigantes de hielo.
La lectura de esta novela es muy rápida, son 125 páginas, divididas en 8 capítulos, que se leer de una sentada. Cabe destacar que cada capítulo va acompañado de una ilustración de Matías Bergara, que complementa la lectura. ¡No se lo pierdan! Un regalo ideal para los soñadores más pequeños de la casa.
Por Gustavo Hernández