Fue publicada en el año 1985 por el astrónomo estadounidense Carl Sagan. En 1997 el director de cine Robert Zemeckis llevó esta historia a la gran pantalla, en una película protagonizada por Jodie Foster y Matthew McConaughey. Esta es la única novela escrita por él, ya que todos sus demás escritos fueron divulgaciones 100% científicas.
Eleanor (Ellie) Arroway es una apasionada de la ciencia gracias a su padre. Tras bastante tiempo logra llegar a la dirección del Centro de Radioastronomía Argos en Nuevo México, lugar en donde se especializan en buscar señales que puedan provenir de otros lugares, alejados a nuestro hogar.
Luego de más de cinco años de búsquedas fallidas dan con algo que parece ser un hallazgo de vida extraterrestre: una señal que posee número primos e instrucciones para construir una máquina que puede ser de muchísima ayuda para descifrar diversos enigmas que enfrasca el universo.
Es acá cuando la protagonista trabaja en la construcción de dicha máquina para luego viajar en ella junto a otros 4 tripulantes, quienes son transportados a un punto en el centro de la Vía Láctea.
Para ser un libro de ciencia ficción, este trata de tocar de forma fiel muchas teorías ligadas a la física, como la teoría de la relatividad espacial o los principios de Albert Einstein e Isaac Newton, por lo cual la existencia de tecnicismos a lo largo de las más de 400 páginas es digna de mencionar (dándole un punto a favor al relato pues no deja de lado el rol informativo ante el narrativo). El autor se encarga, además, de dar un rol muy definido e importante a cada personaje que acompaña a Ellie en este viaje/proceso, enfatizando sus lazos e importancia dentro de la historia.
Es un libro que te atrapa, independiente de su ancho, no te dejes intimidar, pues su calidad informativa hace que cada minuto invertido valga totalmente la pena. Sagan se inspiró en la astrofísica Jill Tarter, quien trabajó en cientos de proyectos científicos relacionados a la búsqueda de vida extraterrestre para dar vida a Ellie.
Por Grace Aravena