Entre los estrenos de esta semana está el Asesinato en el Expreso de Oriente, película que viene siendo una nueva adaptación de la novela de misterio de la escritora británica Agatha Christie. Con su famoso detective belga Hércules Poirot.
“Mi nombre es Hércules Poirot y soy probablemente el más grande detective del mundo”
Dirigida y protagonizada por Kenneth Branagh (Hamlet), con un elenco que destaca por Michelle Pfeiffer, Penélope Cruz, Judi Dench, Willem Dafoe, Daisy Ridley entre otros.
Tal como en la novela, la historia se desenvuelve dentro del Expreso de Oriente. Un magnífico ferrocarril que, en uno de sus vagones, 13 extraños se encontrarán atrapados dentro de un asesinato donde todos son sospechosos. En este thriller, el gran detective Hércules Poirot, deberá descubrir al culpable antes que la máquina llegue a su destino.
Es una gran hazaña crear nuevas adaptaciones y aunque la perfección no sea alcanzada, es un trabajo bien logrado. Branagh consigue cautivar, desde su dirección con la fotografía de Haris Zambarloukos, a un público tanto conocedor como no, de la obra de Christie.
Es un largometraje que destaca por la actuación de Branagh como Hércules Poirot, una doble acrobacia que encanta más por su papel de actor. A la vez, que actores como Dench, Dafoe y Pfeiffer brillan en papeles dignos de sus trayectorias.
Un gran acierto es la atmósfera que se genera desde principio a fin durante el filme, una llena de misterio y suspenso que tienen al espectador al borde del asiento. Cada giro, confesión, pistas y drama enriquecen a esta nueva versión del trabajo de Christie.
Es tal el agrado de presenciar al detective haciendo su trabajo, que cada encuentro y desencuentro vuelven del Asesinato en el Expreso Oriente, una película sumamente entretenida y carismática. Junto con el trabajo de ambientación, detrás de la dirección de arte, vuelven del largometraje un placer visual.
Como en la mayoría de las historias de Poirot, éste busca la verdad en un mundo que se divide entre el bien y el mal. Y esta historia marca un antes y después, en el juicio del gran detective.
Claramente es inevitable comparar esta versión con la obra de Sidney Lumet de 1974, pero en ambas la dirección de fotografía y el trabajo actoral se llevan gran parte del mérito.
Es una bella película que entretiene y emociona, consiguiendo con sus primeros planos y el espectacular escenario, que las fallas que tiene, pasen desapercibidas.
Por Constanza Lobos