El escritor Juan Calamares, miembro de Fundación Adopta, quien nos cautivó contándonos sobre Emilia y sus aventuras hoy nos presenta su último trabajo y primera road novel; Moloch. Gracias a Editorial Contracorriente se encuentra disponible en librerías.
Moloch se mueve a través, del constante viaje, de encuentros y desencuentros de sus personajes. Un escape de lo normado y lo que se tiene por sentido común. La historia comienza con Ana Rojas, una joven perdida en una vida de microtráfico que, después de un sueño en el que le anuncian que será la madre de todos, pasará sus días escapando del Corvo, un exagente psicópata de la DINA, todo mientras se adentran en Nueva Babilonia, el infierno de muchos.
Calamares posee una prosa rápida y brutal, no escatima en otorgar de detalles y trasfondo a sus personajes. Por momentos podemos estar leyendo sobre Tonto, el perro y luego siendo testigos de la lucha y pérdida de Ana en su travesía por sobrevivir y recuperar a su hijo.
Es el límite de la desolación que Moloch representa, que como lectores nos vemos inmersos en descubrir y presenciar las historias engendradas por tales diversos personajes. Un gran punto a favor es la complejidad que posee Calamares al crear a sus personajes, no por cómo disten uno del otro, si no que más por cómo van cambiando a través de las páginas.
Es una historia de misterios y crueldad, que decanta en un final que pone en cuestión la convención social respecto al bien y al mal. Personajes memorables que hasta el final mantienen su magnetismo; definitivamente Moloch, contribuye a una literatura chilena que corre riesgos y que goza de su propio misticismo. Aunque no creo que sea un libro para cualquier persona, es bien específico el público al que está dirigido en mi opinión.
Por Constanza Lobos