La última novedad de la sociedad de Marvel y Netflix ha llegado. La segunda temporada de Luke Cage ya está disponible en su totalidad en la plataforma de streaming y como siempre, no podían faltar nuestras impresiones sobre esta segunda entrega del héroe de Harlem.
Luego de lo sucedido en The Defenders, Luke Cage vuelve a Harlem esta vez como un héroe consolidado y querido por la gente. Pero pronto se verá involucrado a la mitad de un conflicto gestado por años entre su archienemiga Mariah Stokes y una nueva amenaza, un hombre que se hace llamar Bushmaster, que sólo quiere vengarse de los Stokes y no tendrá piedad con nadie que se le interponga.
Se nota como el juego cambia esta nueva temporada, con un planteamiento interesante donde ya no es el clásico héroe vs villano. Esta vez el núcleo central de la historia es una especie de villano vs villano con héroe de por medio. Rompiendo así el molde, esta temporada engancha mucho más fácilmente que la anterior.
Así y todo, es difícil no pensar que a la temporada le sobran unos cuantos capítulos. Justo en los momentos de mayor interés, llegan episodios que contrastan con el ritmo que lleva la temporada y más que parecen una desaceleración para respirar, llegan más como un frenazo que nos deja un poco desorientados.
Más allá de esto, un punto formidable de esta nueva entrega es la consolidación de Mariah Stokes como principal antagonista. Si antes vimos a Cottonmouth, Diamondback y ahora también a Bushmaster, nadie puede negar el fuerte contraste entre Mariah versus Luke.
Una agradable sorpresa fue poder ver a Colleen y a Danny (de la serie Iron Fist), en diferentes capítulos, ayudando tanto a Misty como a Luke. Esto solo hace que nuestra esperanza de verlos juntos como Heroes for Hire sea posible.
El hecho de cómo termina esta temporada ata los cabos más importantes, pero al mismo tiempo deja otros sueltos ¿Luke se convertirá en lo que juró destruir? ¿Cómo lo deja parado frente a una próxima temporada de Iron Fist? ¿Es quizás Luke el villano que Mariah pudo predecir?
Por Constanza Lobos y José Pino