La semana pasada fueron las películas de terror, esta es el turno de las comedias "gringas". Llegaron al cine "No me las toquen" y "El alma de la fiesta". De esta última es la reseña del día de hoy. Dirigida por Ben Falcone y protagonizada por la divertida actriz Melissa McCarthy, quien también es productora, guionista y esposa del director. Una mujer totalmente multifacética y talentosa.
Deanna Miles es una mujer que ha sacrificado todos sus sueños por buscar convertirse en una esposa, madre y ama de casa perfecta. Por un tiempo, todo parecía funcionar de manera perfecta, reafirmando su convicción de haber tomado las decisiones correctas por encima de sus deseos e ilusiones. Sin embargo, un día, su esposo, Dan Miles, decide abandonarla a ella y a su hija sin mayores explicaciones y sin previo aviso. Enfrentada a una nueva situación, Deanne decide combatir su depresión y soledad, retomando su vida antes de casarse y buscar realizar sus sueños. Por tal, la mujer decide regresar a la universidad. Pero las cosas no irán del todo bien cuando descubre que compartirá el mismo salón y la misma clase con su hija Maddie. Aunque al principio existe mucha confusión, Deanna se integrará al espíritu juvenil universitario y descubrirá que hay sueños que no debe perder.
El alma de la fiesta es una comedia totalmente liviana, de esas para pasar una tarde de domingo. No se hace mayor problema a la hora de contar la historia, es predecible, no tiene elementos que la pongan por sobre otras comedias, pero si entretiene a ratos. En más de una ocasión se reirán con las tonteras que le ocurren a la protagonista y puede ser también que se identifiquen con ella. Podríamos decir que es una comedia más del montón. Lo más seguro es que la olviden después que la vean, pero pasarán un rato agradable en el cine.
Por Gustavo Hernández
