El viernes pasado (4 de mayo) tuvimos el honor de ver y escuchar al Premio Nobel de Literatura (2010), Mario Vargas Llosa, que vino a Chile como parte del lanzamiento de su libro, El llamado de la Tribu. Un compilado de reflexiones en base a las biografías (contadas de forma jugosa) de los pensadores liberales que más influyeron en la vida de Vargas Llosa. Según explicó, no son los más importantes para todo el mundo, sino para su mundo.
El libro relata la transición que tuvo el autor desde el marxismo hasta el liberalismo (promotor de la democracia): de la juventud revolucionaria a la promoción liberalista. Un cambio que no se ha dado sin polémica, particularmente por la crítica a todas las formas de autoritarismo –y aquellos movimientos que el autor considera autoritarios.
Ahora, ¿de qué se trata? El llamado de la tribu es la necesidad del hombre de comportarse de forma gregaria. Una suerte de instinto que surge del ello y que anula –hasta cierto punto- la razón propiamente humana. El liberalismo, la búsqueda de la libertad en su más puro estado, es lo que se opone a ese llamado que siempre termina en sangre. El llamado de la tribu es el camino que recorrió Mario Vargas Llosa para llegar a esa conclusión y los maestros que lo guiaron en ese andar.
Si están pensando ¡Ah, muy tendencioso! ¿Entre leerlo y no leerlo? Leerlo. La única manera en que es posible discutir es conociendo el discurso del otro lado. La única manera de progresar es mediante el diálogo. Y si están pensando ¡Oh, yo ya sé todo eso! El enfoque que le da Vargas Llosa (mucho autobiografía, un poco historia otro tanto de teoría política) lo hace tan interesante como La tía Julia y el escribidor.
Por Adriana Villamizar