La historia del Rey Arturo, sus caballeros de la mesa redonda, el mago merlín ha sido adaptada un centenar de veces a casi todos los formatos que podamos imaginar, teatro, musicales, series de televisión, y por supuesto, el cine. Pero en cada adaptación podemos ver matices y propuestas diferentes que plasman una nueva visión a una misma historia. En el caso de El Rey Arturo: La leyenda de la espada (King Arthur: Legend of the Sword), película que llega este jueves a nuestros cines, y que tiene estampado el estilo de su director Guy Ritchie (Snatch, Sherlock Holmes) por donde se le mire.
La historia nos muestra cómo Arturo (Charlie Hunnam), criado en las calles, debe hacer frente a su destino cuando la espada Excálibur aparece enterrada en la piedra buscando a su legítimo heredero, al mismo tiempo que el tirano rey Vortigern (Jude Law) busca aumentar su poder y eliminar la amenaza de este profético heredero al trono.
Esta adaptación del Rey Arturo funciona como una suerte de historia de orígenes, y lo deja en claro desde el principio. Muchos elementos de su mitología están presentes, pero al mismo tiempo algunos de los más importantes quedan totalmente fuera, o bien quedan para el final. De todas maneras, considerando lo anterior, Guy Ritchie hace un espléndido trabajo usando sus clásicas escenas rápidas y dinámicas para hacer avanzar la historia a un ritmo que no deja descansar la vista y se roba tu atención por completo. Otra cosa que si o si se robará tu atención es el genial trabajo de Jude Law, ya sea si hace de héroe o villano en este caso, su gran carisma como actor logra moldear un villano que, de no haber sido retratado por él, habría sido un personaje muchísimo más plano —mal que mal, los villanos de este tipo de historias tienden a ser planos—. Sin embargo, algo que posiblemente molestará a más de algún conocedor de la historia clásica del Rey Arturo, son todas las libertades creativas que se toma la película en pos de hacer una historia más grandilocuente, que hacen derivar la historia original para dar cabida a partes del guión cuya única finalidad son introducir escenas de grandes efectos especiales que en realidad no aportan mucho más a la historia.
Cuando vemos en pantalla la clásica trama del camino del héroe, hay un gran mérito en complementar esta arquetípica historia con diferentes elementos que le den un toque especial a la película, de lo contrario, no tendría gracia alguna. En este sentido, El Rey Arturo se vale de excelentes secuencias de acción y de un guión que aprovecha muy bien el sentido del humor de los personajes para sacar más de una risa a los espectadores.
En breves palabras, El Rey Arturo: La leyenda de la espada nos muestra lo mejor del repertorio de Guy Ritchie en una épica aventura con grandes personajes, un humor ligero y un final que nos deja con ganas de ver una segunda parte de inmediato.
Por José A. Pino