Ha llegado otra semana de estrenos, y esta es una importante. Esta semana marca el estreno de una de las cintas de superhéroes más esperadas del último tiempo, todavía más si consideramos que es la primera vez que vemos juntos en la pantalla grande a personajes tan icónicos. Por supuesto, me refiero a La Liga de la Justicia (Justice League) que trae consigo la continuación del universo cinematográfico de DC Comics luego del éxito que fue Wonder Woman.
En La Liga de la Justicia somos testigos de cómo Bruce Wayne (Ben Affleck), también conocido como Batman, y Diana Prince, alias Wonder Woman (Gal Gadot), juntan fuerzas con Aquaman (Jason Momoa), Cyborg (Ray Fisher) y Flash (Ezra Miller) para hacer frente a una invasión alienígena que amenaza con destruir el mundo ahora que Superman ya no está.
Primero, lo que todos probablemente quieran saber. ¿Es verdaderamente buena? Sí. Incluso me atrevo a decir que es buenísima. Lo mejor que tiene La Liga de la Justicia, es que se nota que gran parte de los errores garrafales que DC y Warner estaban cometiendo al crear su universo fílmico, fueron corregidos a la perfección. He ahí el gran mérito de este largometraje. Siguiendo una fórmula similar a la usada en la película en solitario de La Mujer Maravilla, La Liga de la Justicia nos entrega un guion en su mayor parte muy sólido, salvo por uno que otro pequeño detalle, una historia fácil de seguir y entretenida a más no poder. Es una película que sabe equilibrar con mucha habilidad aquellas escenas cargadas de acción, con aquellas otras que nos van acercando a la historia tanto de cada uno de los personajes, como a la de la trama principal.
Había dudas respecto a cómo introducirían tantos personajes nuevos y tan importantes en un largometraje que no supera las dos horas de duración. Déjenme decirles que todas esas dudas no tienen cabida alguna. Si bien es cierto que no se profundiza demasiado en nuestros nuevos héroes, Flash, Aquaman y Cyborg, la película nos da una pincelada de los aspectos más importantes de sus historias personales, cómo también de sus personalidades. Las interpretaciones de Momoa, Fisher y Miller son cada una tan particular como la otra, al mismo tiempo que mantienen los aspectos más importantes de la esencia de sus contrapartes del cómic, desbordando carisma y haciendo justicia a los héroes que retratan. Lo mismo puede hablarse de Batman y Wonder Woman, manteniendo esa genial química que vimos en Batman v Superman, donde cada segundo en pantalla nos demuestra que Ben Affleck es tan buen Batman como lo es Bruce Wayne, y Gal Gadot es tan buena Diana Prince como lo es Wonder Woman.
Al parecer Zack Snyder tomó nota de las principales críticas a su (en los demás aspectos) bella cinematografía. Esta vez los colores reflejan fielmente la naturaleza de esta película, cambiando la gamma de acuerdo con las necesidades de la escena y no manteniendo una misma durante toda la película. En lo personal, esto fue una de las cosas que más agradecí.
En pocas palabras, La Liga de la Justicia es una película que no debes perderte, seas fanático o no del material original, pues garantiza dos horas de acción adrenalínica, fantásticos personajes y una historia que te pondrá la piel de gallina. Ah, y recuerden quedarse hasta el final de los créditos. Créanme, valdrá cada segundo de espera.
Por José A. Pino