Hay películas que destacan por tener un nivel de calidad esplendido en todas sus áreas, desde actores, guion, dirección, fotografía, etc. Otras que sólo destacan en unas cuantas, y que así y todo mantienen el bote a flote. Y luego están las que destacan sólo en una (o dos) de ellas, esas películas que por más que lo intenten, están condenadas a hundirse. Hotel de criminales, que llega a nuestras salas hoy, pertenece a esta última categoría.
Con un elenco de lujo, el cual, por nombras sólo algunas, tiene a estrellas de la talla de Jodie Foster, Jeff Goldblum, Dave Bautista, Sofia Boutella y Sterling K. Brown, Hotel de criminales crea un concepto muy llamativo (y muy sencillo de captar gracias a su nombre) pero que al final termina por derrumbarse por culpa de una historia poco llamativa y predecible.
Pero su pecado más grande es otro; aparentar ser de acción, cuando esta, en realidad, escasea. Cuando tenemos una historia que a ratos parece no moverse en ninguna dirección, no poner escenas de acción en esos momentos es como cerrar el ataúd por dentro. Ahora, si hay que darle créditos, al menos repunta en el tercer acto con una gran secuencia de acción sobre el final.
Así y todo, los mejores pasajes son las interacciones de los personajes, con una buena cuota de humor, sarcasmo e insultos, esto resulta en secuencias de lo más interesante. Todo eso se complementa de gran manera con un diseño de producción que realmente logra dar vida al hotel, que es donde transcurre el 90% de la película, creando una atmósfera completamente inmersiva.
Es triste tristeza ver como ideas con tanto potencial, esas que crean un mundo que con una buena historia podrían ser tantísimo más, pasen sin pena ni gloria (sí, la desastrosa Bright me sigue doliendo). Por lo menos, Hotel de criminales tiene por ahí una que otra secuencia (y un elenco) que hace que valga la pena darle una oportunidad.
Por José A. Pino
