Desde que comenzó a animarse Dragon Ball, han existido películas que complementan el canon de la serie creada por Akira Toriyama. De esas películas, varias han sido protagonizadas por Broly, un saiyajin exiliado con grandes poderes que ha enfrentado en varias ocasiones a Gokú y al resto de los guerreros Z.
Esta vez, la diferencia es que Toriyama está directamente involucrado en la realización de la historia de este personaje, reescribiéndola casi por completo, y para alegría de los fans, incorporándola en el canon de Dragon Ball Super.
De todas formas, la película se siente a ratos como un simple capítulo de larga duración (como casi todas en realidad), pero con la diferencia de que es una historia que los fans ya conocemos.
Y si tan solo esto fuera por querer introducir la historia a nuevas audiencias… sin embargo la realidad es que eso se ve poco probable, porque todo el resto de la película es un implacable golpe de fan service y nada más.
Una larga introducción, seguida de una larga batalla contra Broly. Eso es la película. Pero esto no es necesariamente malo de por sí. Lo que sí es malo es que la animación (a cargo de Toei Animation, al igual que en Dragon Ball Super) durante muchos pasajes no está a la altura de un estreno animado comercial, cometiendo los mismos pecados por los que DB Super fue tan criticado inicialmente. Pero quizás esto se debe a que la mayoría del presupuesto seguramente recayó en las escenas de pelea, porque esas sí que están bien animadas.
Dotada de grandes cantidades de acción y más de alguna sorpresa, Dragon Ball Super: Broly es entretenida de principio a fin. Y aunque no sea tan amigable para quienes no estén familiarizados con el trabajo de Toriyama y la banda sonora que la acompaña deje mucho que desear, la película es una carta segura a la hora de pasarlo bien.
Por José A. Pino