Otra semana de estrenos ha llegado, y esta en particular nos trae una novedad en lo que es cine de terror. Hablo de Pesadilla en el Infierno, producción francesa dirigida por Pascal Laugnier (Martyrs).
Tras la muerte de su tía, Colleen y sus dos hijas heredan su casa. Una de las pequeñas es Beth, una niña tímida que encuentra consuelo en las historias que inventa y escribe, y la otra es Vera, mucho más abierta y segura de sí misma. Sin embargo, durante la primera noche en su nuevo hogar, unos psicópatas entran en la casa haciendo que la madre haga todo lo necesario por salvar las vidas de sus hijas. Esta noche terrorífica hará que las personalidades de las niñas diverjan todavía más.
Lo primero que hay que tener claro, es que la trama es mucho más intrincada de lo que parece, aún si el guion posee ciertos pasajes algo inciertos, la historia logra llegar paulatinamente a profundidades que no habríamos esperado en los primeros 20 minutos de película.
A nivel estético, Pesadilla en el Infierno está muy por sobre el promedio. Se nota que no quiere simplemente ser un filme recordado por alguna escena particularmente escalofriante o violenta, sino más bien por una que complementa esas emociones con una dirección de arte y vestuario que las canalice todavía más.
A pesar de ello, no puedo evitar sentir una sensación de mala incomodidad al recordar ciertos pasajes. La película, dentro de todo el sadismo que viene con ella, a veces parece que se esfuerza demasiado en conseguir una sensación de incomodidad para el espectador; y lo logra, pero no en el buen sentido.
Dentro de todo, Pesadilla en el Infierno es un filme que no dejará indiferente a nadie que se atreva a verla. Y probablemente deje satisfechos a muchos de los fanáticos de los subgéneros del cine terror gracias a sus referencias a maestros como Dario Argento y Wes Craven.
Por José A. Pino
