Gabriela volvió al pueblo uruguayo donde Andrei vivió mucho tiempo atrás y Pablo aún subsiste. Regresó porque Andrei ya no está, murió, pero le dejó algo. Algo que no entiende y la llama a volver; coja, cansada, mayor. Con un montón de incógnitas ¿qué fue de Andrei?
Pero el tiempo es capaz de consumir muchas cosas y los recuerdos de Gabriela se vuelven confusos y borrosos a medida que avanza en un cuaderno dejado por Andrei: es la bitácora de un viaje por la amazonia paraguaya, que narra desde adentro la catástrofe natural y social que se vive. Un viaje épico de un hombre bueno que quería ayudar y que encontró devastación.
Humo de Gabriela Alemán es una novela de lectura tranquila. Las palabras trascienden el sentido mismo que tienen para crear una imagen compleja de la realidad de los indígenas y campesinos que son arrastrados por el capitalismo y la guerra. Lo que pareciera comenzar como una novela romántica, de remembranzas, se convierte rápidamente en una crítica sociopolítica.
La invisibilización del sufrimiento es un tema recurrente. El libro describe con lujo de detalles los horrores de una batalla cuyo sentido se diluye en pantanos voraces, moscas oportunistas y hombres implacables; el tifus, la lepra, la desolación. Todo envuelto en un estilizado mutismo que trasciende silencios y abarca la dificultad de comprensión entre lenguas.
Humo no es para leer a la ligera. Si bien tiene una forma de escribir no muy compleja, a veces los nombres se confunden en la emoción de las acciones. Tómate un café, siéntate en un lugar iluminado y transpórtate a Paraguay de la mano de Andrei.
Por Adriana Villamizar