¡Hojitas! ¡Es que no puedo creerlo! Esta, Feliz día de tu muerte, fue una de las seleccionadas (por mí jiji) a “las preferidas del 2018”, así que para la secuela la vara estaba muy alta. Sobretodo después de que aparecieran entre medio otras producciones de esta misma onda de morir y volver al día de la muerte (sí, Muñeca Rusa de Netflix, te estoy mirando a ti). No es que Feliz día de tu muerte haya sido una gran invención-novedad filmográfica-iluminación artística, pero su onda teen era lo novedoso y disfrutable. Mi pregunta, la pregunta que ustedes se deben estar haciendo es ¿es posible volver a servir el mismo plalto y que sepa igual de rico?
La respuesta es no (¡CHAN!). No, cero posibilidad. Servir el mismo plato, absolutamente predecible, puede que sepa rico porque ya, que tela y eso: ya sabes qué viene. Pero no sabe igual de rico. Imposible que hagan una misma película, con una trama similar, reutilicen los personajes y, aun a pesar de ser una idea manoseada durante años, salga algo digno de gastar la entrada al cine. Todo el equipo de Feliz día de tu muerte 2 lo tuvo clarísimo y salieron con algo absolutamente diferente.
¿Diferente? ¡Sí! Para ti, si recién estás enchufándote a este par de películas, la trama va más o menos así: Una rubia muy dramaqueencentrodeluniverso se despierta el día de su muerte y muere mil millones de veces. Mentira, once. Hasta que descubra quién es su asesino, que la persigue cada vez en distintos escenarios -porque ella va modificando su actuar, siendo la única que se acuerda de que el día se está repitiendo- con una máscara de bebé, la mascota de la universidad ¿Cool o no? Y obvio, entre medio, a ella la ayuda un perkin (a.k.a. chico bacán ñoño) que la ama mucho, pero ella ni lo ve y además, hay una historia de perdón respecto de la mamá muerta de la protagonista.
Feliz día de tu muerte 2 recicla los personajes y mete un team nerd porque ahora la historia no es solamente de un loop de tiempo en que la protagonista debe encontrar a su señor-cara-de-guagua para sobrevivir y romper “el hechizo cósmico”, sino que resulta que hay una máquina, hay dimensiones paralelas y hay decisiones complicadas de líneas de tiempo diferentes. O sea, de un thriller teen pasa a ciencia ficción teen, con un giro demasiado entretenido. Es como ponerle una salsa nueva y rica a tu plato favorito.
Ustedes saben que no me gusta spoilear las películas, así que les dejaré la información hasta ahí: la misma historia, pero con componentes de ciencia ficción que la hacen sentir como si no fuera la misma. No es un deja vú. Además con componentes emocionales que lo hacen a uno ser más empático. Eso. Vayan a verla y díganme que no estoy loca por amarla mucho.
Por Adriana Villamizar