El co-director de Toy Story 2 imprime credenciales al promocionar su regreso a la animación mediante Rock Dog, una comedia infantil producida por Mandoo Pictures y basada en la novela gráfica china llamada Tibetan Rock Dog. En un género que se ha acostumbrado a complacer tanto a los adultos como a los niños, Rock Dog se conforma con un producto simple y más enfocado a su público. En esa intención no destaca demasiado, ya que todo el desarrollo se siente algo plano y predecible, pero por otro lado destacaría que es coherente en su discurso y evita algunos excesos que han arruinado a películas similares, algo que agradezco.
Bodi (perro) vive en las montañas junto a su padre, y se preparan a diario para proteger a su pueblo de la llegada de los lobos. Un día descubre su pasión por la música, y pese a no tener el apoyo deseado buscará perseguir su sueño enfrascándose en una inesperada aventura. La película toma un tema recurrente del cine, pero poco explorado en la animación, el rock. Aunque a diferencia de lo que podría parecer, el formar una banda y llegar al éxito no termina siendo la premisa principal, y eso se debe a la inclusión de Angus, un gato autodenominado como “la leyenda del rock.” Él está en problemas y se ve obligado a toparse con nuestro protagonista, de ahí nace el conflicto principal, y puedo asegurar que será el personaje que más recordaremos de la película. Es una clara caracterización del músico exitoso ahogado en su ego, pero es tan exagerado que termina ganándose tu cariño.
El resto de personajes secundarios también cumplen su función de manera adecuada, incluyendo las simpáticas ovejas que acompañan gran parte del primer acto. Distinto es el caso de Bodi, su falta de carisma no le da peso al rol protagónico, y termina siendo olvidable. Afortunadamente, eso no arruina el resultado final, porque la película es clara al decirte que usará una historia poco atrapante desde la narrativa, pero lo suficientemente adecuada para entregar el mensaje. La amistad, la confianza e incluso la temática vocacional se explaya correctamente, y no necesita de violencia excesiva por parte de los villanos o grandes estímulos visuales para mantener la atención de su público objetivo.
El resto de personajes secundarios también cumplen su función de manera adecuada, incluyendo las simpáticas ovejas que acompañan gran parte del primer acto. Distinto es el caso de Bodi, su falta de carisma no le da peso al rol protagónico, y termina siendo olvidable. Afortunadamente, eso no arruina el resultado final, porque la película es clara al decirte que usará una historia poco atrapante desde la narrativa, pero lo suficientemente adecuada para entregar el mensaje. La amistad, la confianza e incluso la temática vocacional se explaya correctamente, y no necesita de violencia excesiva por parte de los villanos o grandes estímulos visuales para mantener la atención de su público objetivo.
En la animación no hay sorpresas, tampoco en los temas musicales. Todo está en lo convencional, y es la sensación que predomina al recordar la película. Puede que a finales de año quede en el olvido frente a otras grandes producciones, es lo que esperamos que pase, pero Rock Dog se mantendrá como una experiencia positiva, y a veces es lo que más echan en falta los padres en nuestras carteleras.
Por Andrés Leiva