¿Y si nos tocara reemplazar a una madre/dueña de casa por unos días? De acá nace el conflicto de un padre ausente que le da vida a esta comedia argentina dirigida por Ariel Winograd y protagonizada por Diego Peretti. Lo primero que debemos saber es que la entretención está, pero una historia de este tipo también se pierde en su humor limpio pero mal aprovechado desde el rol protagónico, una mala forma de desperdiciar a un grupo de personajes secundarios que funcionan correctamente en este típico círculo del caos familiar.
La película comienza con un monólogo que muestra sucesos destructivos y aparentemente desfavorables para el protagonista, y explicar ese futuro casi apocalíptico mediante el relato desde el comienzo de la historia debiera despertar nuestro interés. Digo debiera porque la sensación inicial de que no estamos ante un personaje lo suficientemente empático termina siendo un mal augurio.
La película comienza con un monólogo que muestra sucesos destructivos y aparentemente desfavorables para el protagonista, y explicar ese futuro casi apocalíptico mediante el relato desde el comienzo de la historia debiera despertar nuestro interés. Digo debiera porque la sensación inicial de que no estamos ante un personaje lo suficientemente empático termina siendo un mal augurio.
Hay variadas situaciones simpáticas, porque los hijos en esta familia son un constante agente de dolores de cabeza, pero también terminan siendo una crítica a la sociedad actual. En ese sentido la película crece por momentos, pero no es algo que se sostenga con mucho peso, en especial al descubrir lo predecible del asunto y las ideas de las diferencias de género pasadas por un filtro demasiado básico. Aún así, Winograd se las arregla para que la historia siempre se sienta dinámica, con diálogos rápidos y una suma de información que difícilmente harán perder tu atención, y que se haga una cinta llevadera es de agradecer, en especial porque todos los problemas del guion se van suavizando al pasar entre actos. Así, los recurrentes aficionados a la comedia que entre fácil, en relajo y de un carácter más familiar que sexual encontrarán satisfacción con Mamá se fue de viaje, o al menos un poco de eso.
Por Andrés Leiva
