La descripción de esta película se resume en la suma de sus actrices principales: Anna Kendrick (bien clumsy, pava, tipo La Paz Bascuñán gringa) y Blake Lively (que es como… la personificación de lo sexy después de Angelina Jolie y Megan Fox). Eso es todo. Una película bien torpe, divertida awkwardmente, pero muy sensual todo el rato, de cómo es posible comerse todos con todos porque, bueno, podemos y fin… en el contexto de la maternidad ¿Un poquito raro? Sí, pero funciona y súper bacán (sí, muy 2000’s decir “bacán”, pero es humor tipo 2018).
La historia es más o menos, sin spoilers claramente, esta: una mamá viuda, típica mamá que está metida todo el día en el colegio y quiere hacer todas las actividades y se viste como una socker mom, se hace amiga de la mamá top, que trabaja en una revista de modas y toma martinis… sin motivo aparente. Y la primera mamá, Stephanie (que a todo esto, obviamente es Anna Kendrick) se considera desde el día cero la mejor amiga por siempre de la segunda mamá, Emily (que obviamente es Blake Lively) y se ofrece a hacerle todos los favores de la vida posibles. Entre esos, cuidarle a su hijo (que es amigo del hijo de Steph porque van en el mismo curso, pero es absolutamente insufrible).
Cuento corto, un día la Emily llama a la socker mom y le dice que, por fis, le cuide al niño porque tiene mucho trabajo y chao, no vuelve más. Entonces, la socker mom (Stephanie) se pone a buscarla y hace todo famoso a través de su video blog (con consejos muy buenos sobre cómo ser una buena mamá y eso)… y ahí queda la embarrada porque todo es muy raro y ¿está muerta? ¿o es un engaño? ¿o la mataron? Entre medio está el esposo (hot asian guy) que complica la vida de todos porque es muy guapo, principalmente.
Por si no lo sabían, esta película es también un libro. Es decir, está basada en una novela de Darcey Bell (a cuya reseña pueden acceder haciendo click aquí). Si no la han leído, léanla después de haber visto la película porque agrega detalles sabrosones que podrían hacerles no disfrutar tanto la peli como se merece por estar comparándola.
Si ya lo sabían y se leyeron el libro, vayan a la película como un libro en blanco. La parada es muy distinta. La personalidad de Stephanie es muy diferente y Blake Lively hace una reinterpretación de Emily (que funciona, sí, pero es, a fin de cuentas, una reinterpretación). Y –como si fuera poco- el final es completamente nuevo. Cien por ciento. Si había algo que no les cuadrara de cómo termina el libro, olvídenlo: hay incluso personajes nuevos y es otra cosa.
Entonces, recomendada para toda audiencia mayor de 14 (igual que el libro), bien chistosa, bien amigable, incluye un asiático muy guapo y a Blake Lively. Anna Kendrick da risa. Pueden ir si ya se leyeron el libro, pero no se lo lean antes de ir si no lo han hecho ya. Ahora en cines. Go. Go. Go.
Por Adriana Villamizar