Entre los estrenos de esta semana está Conjuros del más allá (The Void), película catalogada como parte del género de ciencia ficción y horror. Dirigida por Jeremy Gillespie y Steven Kostanski, traen un filme que busca provocar en los espectadores la nostalgia del horror barato de los 80’.
La historia trata sobre un policía que durante la noche encuentra a un hombre ensangrentado a un costado de la calle. Este lo lleva a un hospital que se encuentra en pésimas condiciones, mientras el tiempo pasa, figuras humanas pertenecientes a un culto rodean por completo al establecimiento. En este caos, las personas que habitan el hospital descubrirán que lo peor no está afuera, si no que adentro con ellos.
Como a modo homenaje de las películas de bajo presupuesto de horror, Conjuros del más allá (The Void) utiliza los elementos básicos para mover a sus personajes a atrincherarse y creer que están seguros. Desde un principio lo que se puede destacar más son los efectos visuales de la mano del gore que posee. Un buen gore si hace la diferencia y la variedad de figuras terroríficas rememoran a las criaturas de Silent Hill en cierto modo.
La película lucha con poder encontrar su justificación de ser. No logrando completamente explicar en la casi hora y media qué es lo que ocurre y cuál es el significado real de los sucesos que sufren los personajes. Eso sí, transmite el peligro inminente, con secuencias inesperadas y usando el as bajo la manga del gore.
Por otra parte, el elenco no consigue convencer por completo con sus personajes. Independiente de si sean conocidos o no, la calidad actoral va más allá y en Conjuros del más allá (The Void) nos quedan debiendo un poco.
Quizás al ser un homenaje su público objetivo sea mucho más específico, pero por momentos es confuso a donde apunta, pero donde remonta es en el retrato horrorífico de las representaciones de la maldad que acechan a las personas dentro del hospital.
Creo que el mayor disfrute de esta película, como descrito anteriormente, son los efectos visuales, el gore y sus alcances a la ciencia ficción. Es ahí donde los espectadores pueden maravillarse con tales monstruosidades y baños de sangre.
Por Constanza Lobos