Cuando hablamos del cine de ciencia ficción y las obras clásicas de este género, lo primero que se nos vendría a la cabeza probablemente sería la saga de Star Wars, la gran franquicia creada por George Lucas y estrenada en la década de los 70 y que ha trascendido generaciones hasta el día de hoy. Pero ¿y si te dijera que este jueves se estrena la adaptación del cómic que inspiró a George Lucas a la hora de crear el universo de los Jedi y los Sith?
Esa es Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas, la adaptación cinematográfica del cómic de Valerian y Laureline, creados en los sesenta por Pierre Christin y Jean-Claude Mézières. Dirigida por Luc Besson (León el profesional, El quinto elemento) y protagonizada por Dane DeHaan y Cara Delevigne, la historia nos muestra a los agentes espaciales Valerian y Laureline quienes deben resolver un misterio ubicado en el núcleo de Alpha, la ciudad de los mil planetas con el tiempo en su contra y el constante riesgo de provocar un incidente a nivel interplanetario de catastróficas consecuencias.
Desde que comenzó su producción, la gran apuesta de Valerian fue el gran mundo visual que crearía su director, Luc Besson, y que la puesta en escena sería incluso digna rival de lo que vimos en la obra de James Cameron, Avatar. En este sentido, la película no defrauda a los espectadores. Nos entrega una gran cantidad de escenarios visualmente despampanantes, paisajes espectaculares que parecen reales y una gran variedad de especies intergalácticas que no deja de llamar la atención. En pocas palabras, ciencia ficción pura.
Los elementos visuales de la película se complementan de una aventura que resulta entretenida, pero que más allá de eso comienza a quedarse corta. Si bien es una historia que nos hace pasar un muy buen rato, con diálogos y escenas de humor muy bien dosificadas, carece de una emocionalidad en aquellos momentos más solemnes que supuestamente debían traer una carga sentimental mayor. Otro punto en contra, y quizás el más criticado, es la completa falta de química entre sus dos protagonistas, Dane DeHaan y Cara Delevigne. A pesar de que sus actuaciones individuales son lo suficientemente buenas para sumergirnos en el mundo del filme, la gran cantidad de escenas que comparten en pantalla no nos da esa chispa que uno busca entre los dos protagonistas de una historia, aún más tomando en cuenta que hay interés amoroso de por medio.
Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas es una buena adición al cine de ciencia ficción, especialmente para los no iniciados en el género, con una historia entretenida e intrépida, pero que casi de seguro no dejará completamente contentos a los fans más acérrimos de este género cinematográfico.
Por José A. Pino