Camille es un detective de baja estatura, delgado y calvo. Su mujer murió hace algunos años y ahora ha logrado reorganizar medio a medio su vida. Ha vuelto a la policía y se ha posicionado como comandante. Es un hombre respetable y lo respetan.
Una mañana como cualquiera un grupo de cuatro violentos asaltantes ataca una galería para llevarse un apetitoso botín: todo el inventario de una joyería. A su paso, golpean a la dependienta y su ayudante, pero eso no es todo. Anne Forestier, una sensual mujer de caderas curvas y un rostro angelical, ha quedado medio muerta. Todo ha quedado grabado. Anne ha escapado de milagro. Ha caminado por las calles con su rostro ensangrentado, sus dientes rotos, su cabeza a medio reventar y sus manos rotas. Le han disparado para terminar el trabajo, pero Anne está viva. Y Camille aliviado… porque, por primera vez en años, está enamorado.

Pierre Lamaitre trae con esta novela la tercera parte de la saga de Camille. Salvo algunas menciones –con sus respectivos asteriscos y referencias a pie de página- el libro es completamente autónomo. No por no haber leído los anteriores se deja de entender este. Sin embargo, a juzgar por la calidad de este libro, seguro van a querer comprar todos ahora right now.
¡Adelantar más cosas es spoilear una obra maestra de la novela policiaca! Muy de sentimientos, pero muy de acciones y preguntas sin solución. Todo es apasionante y confuso. Alimenta la curiosidad palabra a palabra, paso a paso de Camille. Recomendado un cien por ciento.
Por Adriana Villamizar