Se terminaron las fiestas, pero las reseñas recién comienzan. Otro jueves de estrenos en nuestra cartelera y hoy vamos a revisar una película que posiblemente muchos pasen por alto, pero que definitivamente no deberían.
Hablamos de Borg McEnroe (también llamada Borg v/s McEnroe), película basada en uno de los partidos de tenis más recordados de la historia del deporte; la final de hombres de Wimbledon del año 1980, donde un joven John McEnroe (Shia LaBeouf) llegaba por primera vez a desafiar al tetracampeón consecutivo del torneo y leyenda del tenis Björn Borg (Sverrir Gudnason) quien iba por su quinto Wimbledon consecutivo.
Si bien es cierto que películas con el tenis como eje central y uno que otro toque dramático ya se han hecho varias —Siendo Wimbledon, el amor está en juego, protagonizada por Kirsten Dunst y Paul Bettany la más conocida— Borg McEnroe tiene un toque especialmente diferente, ya que aprovecha su base biográfica para dar un toque retro a su cinematografía. Así, la película nos presenta una impecable producción para sumergirnos en pleno 1980, que no sólo se puede apreciar en las locaciones, vestuarios y maquillaje, sino también en el estilo mismo de la película, que a ratos parece como si la estuviéramos viendo en el mismo año que nos presenta.
Narrativamente, Borg McEnroe cumple bastante bien con los fundamentos del guion. La presentación de los personajes a través de una mirada más profunda, tanto como jugadores de tenis, así como también su lado más personal, dando un profundo entendimiento de las (no tan) extremadamente opuestas personalidades de ambos deportistas y de cómo su rivalidad terminó por convertirse en amistad, esto por supuesto ayudado por grandes actuaciones de sus protagonistas, quienes logran verdaderamente encarnar a sus contrapartes de la vida real.
Quizás si de algo peca esta película es de intentar dar un excesivo dramatismo y profundidad a situaciones que no necesariamente merecen tener estas características, pero dentro de todo eso no es suficiente para que privarnos de disfrutar este filme.
Además, cabe destacar dos últimas cosas: grandes actuaciones secundarias, sobre todo del gran Stellan Skarsgård como el coach de Borg, y además un excelente trabajo de edición, principalmente a la hora del partido final, donde la emoción es palpable hasta el final.
A fin de cuentas, Borg McEnroe es una película que no sólo disfrutaran los fans del tenis, sino todos los fanáticos del deporte y del cine, pues logra mezclar ambos en una entretenida película que seguramente disfrutarás.
Por José A. Pino
