La película funciona y es entrañable gracias a lo bien que Che Sandoval plasma su estilo para narrar. Todo fluye rápido y sumando un aporte musical latinoamericano que es importante para retratarnos el mundo de Martina, una artista empoderada e impulsiva, pero quien lentamente comienza a ablandar sus capas.
Lamentablemente el crecimiento del personaje de Martina lo sentí algo incompleto luego de terminada la cinta, ya que, aunque te plantea temas sobre la mesa, como lo de ser un famoso en decadencia, o el mismo feminismo, no quiso profundizarlo mucho como para que permitiera un cambio interesante en su personaje. Así y todo, me sería imposible no recomendar Dry Martina, su liviano tratamiento sumado a un puntal puesto en la importancia de la sexualidad y de lo que significa construir familia es una gran combinación para una cinta de humor negro, un estilo de hacer cine que contrasta de manera muy positiva en comparación a otros exponentes del humor nacional. La película se estará exhibiendo desde esta semana en los principales cines del país.