En esta oportunidad les traigo la reseña de Vienen por ti escrito por la autora chilena Andrea Larrabe, periodista y conocida youtuber. Esta es su primera novela y créanme que lo hizo de maravilla, un libro de romance paranormal adolescente capaz de enganchar al lector de principio a fin. Si la portada y el título llaman la atención, imagínense la historia que hay entre sus páginas.
La protagonista de esta historia es Estée Deveraux, una adolescente que no es para nada común, ya que junto a su familia, son los encargados de capturar almas para el diablo en la localidad de Puerto Umbra, un trabajo que Estée disfruta muchísimo al sentirse por sobre cualquier humano normal y espera ansiosa a cumplir los 17 años para tomar el mando, pero al llegar ese tan esperado día sucede algo que cambia por completo su forma de pensar, dándose cuenta que este no es solo un trabajo, sino una maldición en su familia que se ha trasmitido de generación en generación. A su vez conocerá a Gabriel un nuevo compañero de clases que será capaz de romper sus barreras y además cambiar por completo su destino.
Partiré contándoles que hace un buen tiempo no me enganchaba tanto una novela, la autora tiene la capacidad de encantar al lector desde la primera línea. Al ser un género al que no le suelo dar preferencia me asustaba decepcionarme y resultó ser todo lo contrario.
En primer lugar quiero destacar a la protagonista, una chica que detesta a los humanos, súper segura de sí misma y que no le teme a nada. Al comienzo me costó bastante empatizar con Estée al ser un tanto arrogante y narcisista, pero gracias a esto vemos cómo esta chica va evolucionando. Estamos acostumbrados a conocer a protagonistas que con el transcurso de la historia se van empoderando, en el caso de Estée, de comienzo ya es una chica empoderada, tanto así que no se permite a sí misma ser vulnerable, poco a poco va surgiendo un autoconocimiento, permitiéndose vivenciar emociones y sentimientos que lejos de volverla una mujer débil, la hacen aún más fuerte y consiente de sí misma, definitivamente esta protagonista va más allá de cualquier cliché.
Luego está su familia, que también logra ser protagonistas de esta historia, es imposible no encariñarse con ellos, los Deveraux se componen de Estée, su hermana Liki, su madre Simone y su padre Gerard. Cada uno cumple un rol fundamental, tanto al momento de capturar las almas, como en la historia, Liki es esa hermana que a pesar de ser menor da buenos consejos, Simone una madre preocupada encargada de hacer que la protagonista no pierda sus peculiaridades humanas y Gerard, un padre que le encanta cocinar, que no tiene miedo de ponerse un tutu para divertir a sus hijas y siempre preocupado de su amada Simone. También se encontraran con Damián, un demonio amigo de la familia del que de seguro querrán saber más (un spin-off de este personaje no estaría mal) y Gabriel, este chico enamorado de la psicología que cambia la vida de Estée, tan dulce y maduro, el libro es narrado por la protagonista pero hay un par de capítulos que son narrados por Gabriel, lo que es fantástico, ya que así conocemos la perspectiva de ambos personajes.
En primer lugar quiero destacar a la protagonista, una chica que detesta a los humanos, súper segura de sí misma y que no le teme a nada. Al comienzo me costó bastante empatizar con Estée al ser un tanto arrogante y narcisista, pero gracias a esto vemos cómo esta chica va evolucionando. Estamos acostumbrados a conocer a protagonistas que con el transcurso de la historia se van empoderando, en el caso de Estée, de comienzo ya es una chica empoderada, tanto así que no se permite a sí misma ser vulnerable, poco a poco va surgiendo un autoconocimiento, permitiéndose vivenciar emociones y sentimientos que lejos de volverla una mujer débil, la hacen aún más fuerte y consiente de sí misma, definitivamente esta protagonista va más allá de cualquier cliché.
Luego está su familia, que también logra ser protagonistas de esta historia, es imposible no encariñarse con ellos, los Deveraux se componen de Estée, su hermana Liki, su madre Simone y su padre Gerard. Cada uno cumple un rol fundamental, tanto al momento de capturar las almas, como en la historia, Liki es esa hermana que a pesar de ser menor da buenos consejos, Simone una madre preocupada encargada de hacer que la protagonista no pierda sus peculiaridades humanas y Gerard, un padre que le encanta cocinar, que no tiene miedo de ponerse un tutu para divertir a sus hijas y siempre preocupado de su amada Simone. También se encontraran con Damián, un demonio amigo de la familia del que de seguro querrán saber más (un spin-off de este personaje no estaría mal) y Gabriel, este chico enamorado de la psicología que cambia la vida de Estée, tan dulce y maduro, el libro es narrado por la protagonista pero hay un par de capítulos que son narrados por Gabriel, lo que es fantástico, ya que así conocemos la perspectiva de ambos personajes.
Quise dejar para el final al Diablo o “El jefe” como lo llama Estée, porque si, hace acto de presencia en más de una oportunidad, la cual es bastante interesante, ya que a diferencia de como solemos imaginar a este personaje, acá es una especie de padre, alguien cálido, lo que da a lugar a como la autora platea el bien y el mal, que va mucho más allá de lo religioso.
La autora tiene una prosa impecable, es ágil, un libro que se lee rápido y con facilidad, uno podría pensar con esto que es una prosa escueta, pero por el contrario, está cargada de detalles que logran que el lector imagine cada acontecimiento, cada escena, lo que se agradece. Y qué decir del final, da un cierre a la historia, pero también es bastante abierto como para dejarnos con ganas de más, lo que puede llegar a ser difícil de lograr, pero la autora lo hace sin problema. Si me preguntan por algo que no me haya gustado, quizás el romance de Estée y Gabriel que fue algo predecible, pero no por eso deja de ser emocionante.
Vienen por ti es una novela cargada de misterio, de esas lecturas que se disfrutan de principio a fin, con una trama entretenida junto a personajes increíbles. ¡No se la pueden perder!
Por Camila Toro F.