Diez personas se encuentran en un bar en el centro de Madrid. No hay conexión aparente entre ellas más que el hecho mismo de estar en ese lugar. Y todo sucede como si nada: gritos en la barra, un indigente que quiere que le den comida o un trago, una chica guapa, el cantinero tirándole los perros a ver si pasa algo. Un cliente se enoja y se va. Y, de repente, algo inesperado.
En un segundo, el hombre que estaba adentro vivo está afuera muerto. Un tiro limpio en la cabeza. Silencio en el centro de Madrid. Otro sale a ayudarlo y un segundo tiro directo, certero, lo deja tirado en el pavimento. Ahora son ocho personas encerradas en un bar del centro de Madrid.
¿Y el asesino? ¿Está adentro? ¿Está afuera? ¿Qué está pasando? ¿Son solo ocho? La película está tan bien pensada que incluso los tráilers muestran justo lo necesario. Cualquier otra información no hace sino estorbar y spoilear lo que es, realmente, una obra maestra del thriller con su justa dosis de comedia negra y crítica social. El miedo nos muestra cómo somos.
El bar es la más reciente producción de Álex de La Iglesia, director de el Crimen Ferpecto (2004), La Habitación del niño (2006) y Crímenes de Oxford (2008). Lleva por una montaña rusa de emociones de la risa a la tensión, a la compasión y de vuelta a la tensión y de vuelta a la risa. Llena de guiños de crítica a la modernidad y a lo más sinceramente humano: no conoces a nadie hasta que puede que haya un loco sicópata entre ustedes. El bar en tres palabras: genial, intensa y misteriosa.
Imposible seguir hablando de la película sin soltar algún detalle que le reste emoción a la permanente sensación de descubrimiento que se siente a lo largo del filme. Así que… ¡No espera más! ¡No lea más reseñas! ¡No vea más trailers! ¡Corra al cine más cercano y vea El bar!
Por Adriana Villamizar