En este libro de relatos, Bisama (Valparaíso, 1970) nos habla de los muertos, los muertos de espíritu, los muertos que han perdido ya su consciencia, que ya no están presentes realmente.
Cada historia tiene un narrador maniático y acelerado que bombardea con recuerdos tergiversados, desesperados, como si intentara a través de ellos conectar con el mundo real. Las historias de los otros se convierten en las de ellos como fantasmas, sus anhelos frustrados, sus vacíos, su miedo al olvido.

Bisama, con un estilo acelerado y explosivo, sin distender nunca, además aborda esta idea de los muertos en distintos contextos y épocas como la dictadura y el exilio en el primer cuento del libro que lleva el mismo título de éste.
Bisama realiza un ejercicio de empatía con estos personajes-narradores quienes en la vida real no tienen voz, no son representados o ya fueron olvidados. Así se mete en su piel al mismo tiempo que marca una cierta atmósfera de fantasía o alucinación, como si fuera el sueño de otro y la identidad del autor se perdiera en un lugar desconocido desde donde se logra percibir la fricción de esta voz perdida que busca escapar del vacío que intenta tragarse todo.
Por Jorge Yacoman