Podría hablarles de Llámame por tu nombre para ubicarlos en el talento de André Aciman, pero no es necesario. Su última novela Variaciones Enigma posee su propio brillo y candidez. El escritor estadounidense vuelve a volcarnos en emociones y sentimientos que creemos tan propios que no nos atrevemos a hablar de ellos.
Temas como el erotismo, el primer amor, los recuerdos encarnados en la piel son tocados durante la lectura en diferentes etapas de la vida de su protagonista; Paul. Desde su adolescencia en Italia hasta su madurez en Estados Unidos, cada historia parte con un cuerpo, con un candor que solo ha vivido a través de los encuentros y desencuentros con hombres y mujeres.
Aciman posee una pluma ligera que traza la sensualidad intrínseca del hombre. El escritor tiene una forma tan íntima de describir las pasiones hasta el punto en que se desdibujan los límites entre el uno y el otro. El relato que se conforma juega con esa mezcla de calidez y desvergüenza que expresa los deseos que muchas veces callamos a gritos.
El libro se compone de cinco historias que trazan diferentes momentos de la vida de Paul. Cada composición donde el amor actúa como una fuerza contradictoria y emocionante. La exploración misma del ser, de cómo va cambiando de piel a medida que reconoce y recorre un nuevo cuerpo es sabrosa de leer.
Quizás lo que más puedo destacar de Variaciones Enigma es como retrata a la psique humana hasta el punto de sentir que ha revelado los secretos del lector y lo ha pillado justo en su mayor desnudez. La genialidad de Aciman continúa provocándonos conmociones al corazón y a las fibras del deseo más impetuoso.
Por Constanza Lobos
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