Fred Flarsky (Seth Rogen), es el típico periodista idealista y talentoso que cuando escribe sobre algún caso de corrupción lo hace con humor ácido que no teme a la autoridad ni a la opinión pública. Charlotte Field (Charlize Theron), es la secretaría de Estado de la presidencia actual, es inteligente, recatada y sabe cuando ceder para llegar a un acuerdo. Ambos no tienen nada en común, pero Fred se enamoró de ella cuando fue su niñera hace muchos años atrás. Cuando se reencuentren por cosas del azar, la comedia y el romance surgirá por naturaleza.
El director Jonathan Levine, es conocido por su trabajo en 50/50 y Mi novio es un zombie. En ambas películas se trasluce un trato a la comedia que intenta alejarse del cliché e incluso aprovecharlo cuando se necesita, pero reconociéndolo como tal. Es esa dirección que logra volver a Ni en tus sueños en algo cálido y astuto, el guion se sabe aprovechar aún cuando caiga en los típicos desenlaces que se esperan de las comedias románticas.
Seth Rogen es conocido por cómo se desenvuelve en comedias, el humor de golpes dolorosos, actos asquerosos y mucha autocrítica y sabotaje para hacer reír al espectador. En contraste, Charlize Theron es una reconocida gran actriz ganadora del Oscar que parece no tener géneros en los que trabaje mal. La sutil fuerza de Theron en taclear a cualquier personaje hace que no esperemos más que buenos trabajos.
Ambos actores funcionan como dupla, la química es genial. A ella le creemos que se enamorará del tipo barbudo y roñoso que conocía de antes, solo por su personalidad, ingenio y humor. Mientras que a él le compramos que sea capaz de encantar a una mujer fuerte, inteligente y ambiciosa. Es creíble, gusta a la vista y, sobre todo, en contenido. Es esencial que ninguno busque ser el personaje odioso, al contrario, ambos se escuchan, se entienden e inclusive se apoyan en los momentos más difíciles (no hay espacio para relaciones tóxicas).
Otro gran punto por destacar es el subtono feminista. Para estas alturas del partido, los guiños no convencen mucho al público, pero es en Ni en tus sueños que vemos de frente a un personaje – al de Theron- enfrentándose a las problemáticas de género y poder, de cómo siendo mujer debe probar su valía constantemente. No mostrando debilidad, pero tampoco viéndose sensible ni llorona. De hecho, en el clímax se produce una escena que confirma que esto no es solo por buena publicidad, sino que por buen cine.
En fin, es una película que hará reír a todos, pero que más allá de eso es una buena historia de amor.
Por Constanza Lobos
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