Fue hace tres años que conocimos a Martina Cañas en Relatos de una mujer borracha. Según ella, partió como una señorita recatada y bueno ahora en su nuevo libro podemos ver cómo la desinhibición ha llegado hasta a la locura misma. En Martina chupa por Chile, podemos ver cómo después de dos libros de historias, borracheras y hombres, pasando por la biblia personal de copetes, ha llegado el viaje de la buena muchacha a través del país.
Los que ya la conocemos, seguimos disfrutando de sus irreverencias, del ritmo de sus frases que terminan en canciones o chuchás. El ingenio de esta mujer sigue sacándonos risas, reflexiones, pero ahora la acompañaremos desde el norte más al norte, hasta el sur de Coyhaique, pasando por la Isla de Pascua.
Cada capítulo tiene en su primera página un dibujo de Martina visitando cada una de las paradas de su recorrido, lo cual nos arrojó pistas a los lectores sobre cómo sería.
Cada capítulo tiene en su primera página un dibujo de Martina visitando cada una de las paradas de su recorrido, lo cual nos arrojó pistas a los lectores sobre cómo sería.
Los revoltijos de cultura popular continúan recordándonos por qué es la Mujer Borracha que nos representa y que merecemos. Aún cuando vea conejos shisheñol, Martina se mantiene fiel así misma, se conoce -aunque lo dude- y se hace respetar -aunque se rete así misma-.
Una sorpresa agradable fue ver un acercamiento al feminismo, lo cual no era visible en sus otros trabajos. Al comienzo partió como un guiño, pero luego sacó por completo el aliento de fuego que tiene como mujer.
Es otra aventura entretenida que funciona a la vez como terapia. Nos deja pensando que solo falta que Martina se vaya al extranjero y pueda plantar la bandera en tierras lejanas.
Por Constanza Lobos
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