El pasado jueves 23 de junio llegó a nuestras salas favoritas la versión live action de uno de los grandes clásicos de Disney, me refiero a Aladdín, estrenada en el año 1992 y que fue inspirada en el cuento árabe Aladino, una de las historias pertenecientes a la colección Las mil y una noche, y también en la película El ladrón de Bagdad. Tal fue su éxito que se convirtió en la merecedora de dos premios Óscar en las categorías de mejor banda sonora y mejor canción original, por lo que muchos con solo enterarse que se estrenaría esta nueva versión sintieron una fuerte emoción y nostalgia, aumentando cada vez más las expectativas, y déjenme decirles que Disney lo hizo otra vez, logra transportar al espectador a un mundo mágico. Guy Ritchie (El rey Arturo: La leyenda de la espada, Sherlock Holmes) es el encargado de dirigir este live action, que se destaca por no ser ambiciosa en cuanto a diferenciarse de la versión original, por el contrario, es bastante fiel.
La cinta está ambientada en Agrabah, metrópoli rodeada por los siete reinos y liderada por un Sultán. Aladdin (Mena Massoud) es un ladrón que merodea las calles de Agrabah, quien un día conoce a la princesa Jasmine (Naomi Scott), hija del Sultán y heredera del reino, por lo que Aladdín no tiene reales oportunidades con esta princesa, ya que ella solo puede casarse con un príncipe, pero las cosas cambian cuando este joven se adentra en la Cueva de las maravillas y frota la lámpara mágica, liberando a un Genio (Will Smith) que le concederá tres deseos, dándole la posibilidad de convertirse en un príncipe y así conquistar a la princesa, pero Jafar (Marwan Kenzari), el malvado mago consejero del Sultán complicará las cosas.
Disney logra llevarnos al pasado y a recordar nuestra infancia, a la vez que nos hace reflexionar dejándonos un mensaje, en esta oportunidad acerca de lo peligrosa que puede llegar a ser la ambición, la importancia de ser tú mismo y luchar por aquello que deseas sin dejar nunca de lado la nobleza. Me atrevo a decir que este live action pasa a ser una de sus grandes cintas por su nivel de producción, es imposible no sentirte hipnotizado por el desplante visual del que somos testigos desde que empieza hasta que termina la película, este es uno de los puntos que diferencia a esta versión a la de la original, un montaje, una estética exacerbada, que finalmente funciona, quizás a algunos les parecerá una producción sobrecargada dejando atrás esa galería cromática elegante de la versión original, pero es este exceso de colores que logra transportarnos a la cultura árabe a la vez que nos engatusa. Otra diferencia, es que en la versión animada vemos a una princesa que es independiente y trata de ser dueña de su propio destino, en esta oportunidad, además de eso, también tiene ambiciones políticas y su objetivo es convertirse en una Sultana, un argumento acorde con nuestros tiempos en donde se busca el empoderamiento femenino. Se encontrarán con las célebres canciones de este clásico, como por ejemplo, Un mundo ideal, y con dos nuevos temas, uno de ellos interpretado por la princesa y centrada en su personaje.
Scott y Massoun logran interpretar a Jasmine y Aladdín, hay una química entre los personajes que funciona, se encontrarán con Abú el monito travieso de Aladdín y con Rajah el tigre de Jasmine en carne y hueso, ¡ah! y una alfombra mágica que se las trae, pero definitivamente quien se roba la película es Will Smith interpretando al Genio, este personaje disparatado y cómico que en esta oportunidad se convierte en el consejero humano de Aladdín y es capaz de sacar miles de carcajadas. Además, es el encargado de darle modernidad a este live action con su rap y sus movimientos, les aseguro que en cuanto terminen de ver la cinta querrán ponerse a escuchar el soundtrack.
El guion se mantiene leal al original, un diseño de vestuario increíble, coreografías y escenas captadas con una buena óptica, sobre todos las musicales, un CGI apropiado que logra de buena manera darles vida a escenas mágicas. Colores, canciones y bailes que se complementan a la perfección junto a la acción y el romance.
Aladdín es una película que puede hacerte pasar un muy buen rato y entretenerte en sus dos horas de duración, siendo una cinta tanto para pequeños, como para adultos. De seguro aquellos que disfrutaron del clásico animado no podrán evitar emocionarse, así que ¡No se la pueden perder!
Por Camila Toro F.
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