Mary Stuart (Saoirse Ronan) fue reina de Francia a los 16 años, luego quedó viuda a los 18. Al sentirse presionada por volver a casarse, decide volver a Escocia a ocupar su legítimo trono. El problema es que tanto Escocia como Inglaterra están cautivados por Elizabeth I (Margot Robbie), el regreso de Mary avivará conflictos de poder, amor y sobre quién es la real soberana. Ambos tronos se verán amenazados mientras cualquier acción será un cambio en el curso de la historia.
Para este tipo de historia se necesita un elenco que pueda representar la intensidad de la época. Es por ello que la combinación Ronan/Robbie es ideal, pero al final termina siendo una competencia. Ronan es sólida, apasionada y demuestra todo el talento por el que se le conoce. Es tal su actuación que opaca a Robbie durante todo el filme. La química podrá ser buena, pero pareciera ver que en pantalla solo existe una reina y ella es Saoirse Ronan.
Un elemento débil dentro de Las dos reinas es que el guion parece tener más pretensiones de lo que puede abarcar. Por momentos la falta de consistencia rompe el ritmo y demuestra la carencia narrativa. Cuando no ocurre mucho, se producen giros forzosos que intentan darle velocidad a la trama.
Un gran componente es cómo se presenta la misoginia y la discriminación de género dentro de la política. El hilo histórico es agradable, como una clase británica sobre los dramas del siglo 16. Más allá de eso, lo principal es ver a Ronan con su desplante.
Por Constanza Lobos
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