¿Qué mejor forma de alegrar una noche enero que con una abuela bien creepy y un niño que explota? Con un juego demoniaco de reglas que tienes que seguir o el hombre de la medianoche te matará. Una cosa tierna, tranquila, hasta sensual. Dijo nadie nunca.
Demonio de Medianoche es el nombre con el que llega a nuestros cines Midnight Man, el hombre de medianoche. Hombre de medianoche hace alusión precisamente a un hombre (mitad sombra, mitad demonio, mitad qué es eso parado detrás de ti) que viene a media noche y se va tipín 3:33 que es como la hora de los demonios onda universalmente. Así como que todos los demonios del mundo, en todas las zonas horarias, acordaron que a esa hora era como su hora bacana. Bueno, ese es lapso que hay que aguantar para sobrevivir.
La historia parte con un grupo de niños en una casa jugando un juego parecido al Charlie Charlie, pero no es el Charlie Charlie es el no-te-salgas-del-círculo-de-sal-o-la-cosa-esa-te-va-a-desollar. La única sobreviviente es la dulce y tierna Anna que siguió las reglas al pie de la letra.
Y sobreviva nada más y nada menos, aquel lejano invierno del ’53, para convertirse en una abuela súper perturbada que involucra a su nieta huérfana en el mismo juego macabro con este tipo (a.k.a. demonio) que nunca llegamos a comprender del todo, mandándola al ático. A la nieta y a Miles, el pinche, digo amigo, sensual. De esto sacamos una moraleja muy importante, niños: No cojan cajas con juegos creepy del ático. Miren Jumanji. No terminó bien (aunque quizás puedan llamar a Dwayne Jhonson).
Y lo que sigue es lo más o menos visto, pero siempre bienvenido terror new old style (una volá muy millenial porque es como “el terror de los 2000” que es como la niñez millenial, pero no da para ser clásico). Monstruo típico con secuencia de sacar los peores miedos típica y de no, amikos, repito, no se saca el juego empolvado del ático. No.
¿Lo bueno? Cumple su cometido. Es exactamente lo que promete. Ni más ni menos. Lo suficientemente bien hecha como para que te ponga nervioso, lo suficientemente normal como para que puedas dormir en la noche. Bien pareja en la escala de cine de terror. Sirve para llevar a le future polole al cine o para iniciar a los sobrinos en el vicio de las películas de miedo (esos inexpertos a los que todavía no se les puede mostrar El Rito). Vayan a verla y me cuentan qué tals Festivals.
Por Adriana Villamizar
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